Antes de Calatrava estuvo Guastavino
La productora valenciana Endora Films galardonada por su película sobre el arquitecto
Entre las escenas más icónicas del cine contemporáneo figura aquella de la película Manhattan donde los personajes de Woody Allen y Diane Keaton sentados de madrugada frente al Puente Queensboro de Nueva York realizan su declaración de amor a la ciudad de los rascacielos. Lo que muy pocos sabían -más allá de cuatro especialistas- es que los ladrillos de ese puente llevaban la huella de un arquitecto y constructor valenciano, Rafael Guastavino (Valencia, 1842, Baltimore, 1908) que colaboraría a definir la arquitectura de Nueva York en el tránsito del siglo XIX al XX.
“Rafael Guastavino es el ejemplo de eso que llamamos la conquista del sueño americano, ese hombre, un maestro de obras, de origen valenciano, más tarde formado en Barcelona, que acaba poniendo su nombre en algunos de los edificios más emblemáticos de Nueva York” comenta Eva Vizcarra, productora de Endora Producciones y directora de Rafael Guastavino, el arquitecto de Nueva York, un documental que ha recibido el Delfín de Oro, el máximo galardón en los Cannes Corporate Media &TV Awards en la categoría de historia y civilización, el certamen que reúne los mejores trabajos producidos en el mundo audiovisual. “El premio es sobre todo un reconocimiento a todo el esfuerzo y trabajo realizado por el equipo a lo largo de tres años, desde su preparación hasta su exhibición”. “En unos momentos en que la producción audiovisual en Valencia atraviesa tantas dificultades, el premio es sin duda un estimulo y prueba que desde Valencia, con un equipo totalmente valenciano, podemos proyectarnos internacionalmente”.
“Rafael Guastavino es lo que podríamos llamar un genio excéntrico, como lo señala uno de los testimonios del documental” dice Eva Vizcarra. “Un hombre, que con su hijo pequeño se planta en Nueva York a finales del siglo XIX, sin conocer el idioma, sin ningún contacto profesional, y que solo unos pocos años después será el responsable de algunos de los espacios más importantes de la ciudad como la Gran Central Terminal, el Carnegie Hall o el Puente de Queensboro”. “Es esta energía y este espíritu algo quimérico y soñador del personaje lo que estuvo en el origen del proyecto”. “El documental- continua Vizcarra- por sus características, rodaje en Nueva York y otras ciudades americanas, requería para su puesta en pié de la colaboración de diferentes organismos, participando Televisión Española, la Generalitat Valenciana, el Ministerio de Cultura, y en este caso, con la contribución decisiva de una empresa como Porcelanosa”.
“El gran invento de Guastavino", señala Eva Vizcarra, "en un momento de gran dinamismo constructivo en Estados Unidos fue importar y por supuesto, hacerla triunfar, la bóveda tradicional valenciana, mediterránea, incorporando el azulejo como elemento constructivo y ornamental”. “Guastavino patenta la bóveda tabicada para los grandes edificios que entre otras ventajas, presentaba su cualidad como material ignifugo, contra el fuego, después de los grandes incendios que habían asolado algunas ciudades americanas”. “A pesar que Rafael Guastavino muere a principios de siglo XX, la empresa la continuó su hijo llegando hasta el inicio de los años sesenta del siglo XX en que la aparición de otros materiales constructivos y la competencia acabaron por hacerla desaparecer”.
“No sé si en España Guastavino hubiera podido realizar su sueño” señala Eva Vizcarra. “Quizás esa energía que desprendía un país nuevo para él como los Estados Unidos y la ciudad de Nueva York , acabó siendo su mayor incentivo, todo eso sin olvidar, sus momentos de crisis, problemas económicos, quedarse completamente en la ruina, tener que volver a comenzar todo nuevo . Esas luces y sombras que señalan casi siempre los grandes personajes”. “Pionero en tantas cosas, Guastavino se adelantó un siglo a Santiago Calatrava como el primer arquitecto valenciano internacional”.
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