La enfermera que permanecía aislada con fiebre Crimea-Congo consigue librarse del virus
Los responsables médicos le han retirado ya las medidas "de alto aislamiento"
La enfermera con fiebre hemorrágica Crimea-Congo, que permanece ingresada en la Unidad de Aislamiento de Alto Nivel del Hospital La Paz-Carlos III de Madrid, evoluciona favorablemente y por primera vez el resultado de sus análisis de sangre y de fluidos dieron ayer negativos, lo que indica ausencia del virus, según anunció la Consejería de Sanidad en un comunicado de prensa. Por ello le han sido retiradas las medidas de alto aislamiento a las que estaba sometida desde que se descubrió que había sido contagiada por un paciente.
La enfermera seguirá, no obstante, hospitalizada el tiempo que los médicos consideren necesario, añadió la consejería, que trabaja en coordinación con el Ministerio de Sanidad, Asuntos Sociales e Igualdad. Además, la Comunidad mantendrá el seguimiento a los profesionales que atienden a la paciente hasta que se cumplan dos semanas del último contacto con ella durante la etapa de aislamiento.
La enfermera ingresada se contagió cuando trataba a un paciente de 62 años que murió el 25 de agosto en el hospital Gregorio Marañón de Madrid, donde fue trasladado desde el Infanta Leonor tras sufrir la picadura de una garrapata mientras paseaba por el campo en Ávila.
La fiebre hemorrágica de Crimea-Congo (FHCC) es una enfermedad muy extendida causada por un virus transmitido por garrapatas. Este virus causa graves brotes de fiebre hemorrágica viral, con una tasa de letalidad de entre el 10% y el 40%. Su presencia ya fue detectada en España, en Extremadura, en 2011, lo que motivó la elaboración de un informe de riesgo por parte del Ministerio de Sanidad.
La FHCC es endémica en África, los Balcanes, Oriente Medio y Asia en los países situados por debajo de los 50 grados de latitud norte, que es el límite geográfico de la garrapata que constituye su vector principal, según la Organización Mundial de la Salud.
El virus se transmite a las personas ya sea por la picadura de garrapatas o por contacto con la sangre o tejidos de animales infectados durante o inmediatamente después de la matanza. La mayoría de los casos se han dado en personas relacionadas con la industria ganadera.
Puede haber transmisión entre seres humanos en casos de contacto estrecho con sangre, secreciones, órganos u otros líquidos corporales de personas infectadas. También se producen infecciones nosocomiales como consecuencia de la mala esterilización del equipo médico, la reutilización de agujas y la contaminación de los suministros médicos.
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