El refugio en el mundo de 10 artistas andaluces de los 80
Cajasol acoge en Sevilla una muestra con fotografías, vídeos e instalaciones de treinteañeros
Por un lado, la globalización homogeiniza las culturas y hace perder las identidades locales; por otro, Internet invade cada resquicio del individuo hasta diluirse con su reflejo y permite la omnipresencia y de nuevo la pérdida y la soledad; en otro flanco, la situación económica impide el crecimiento de las personas, no da lugar para guarecerse en un hogar y expulsa fuera de las fronteras conocidas en un viaje indeseado. Frente a este panorama surge la exposición Un lugar en el mundo, que recoge las creaciones de 10 artistas andaluces nacidos sobre la década de los 80 y muestra sus inquietudes, sus trayectos de interiorización, sus desafíos para encontrar un refugio en el que encontrar el sosiego. Un diálogo entre fotografías, vídeos e instalaciones que se puede visitar hasta el próximo 9 de octubre en la Fundación Cajasol en Sevilla (Calle Francisco Bruna, 1).
"En esta muestra, la necesidad de calma, el refugio, se enfoca desde el punto de vista del hogar como vivienda y muralla frente a la sociedad que tiene un hilo conductor que lleva directamente a los problemas del auge inmobiliario y sus consecuencias. Esto se relaciona también con el viaje como una necesidad, no visto como de placer, y con el arte por sí mismo como experiencia estética y de inmersión frente a la sociedad", apunta la comisaria de la exposición, Mariana Hormaechea, nacida también en la década de los 80.
Muros fabricados con terrones de azúcar como ladrillos, cartón ondulado que podría simular las placas de uralita de unas chabolas, papel y palillos de dientes para una tienda de campaña, jabón para una puerta aislada que recuerda al mármol, 16 estructuras de hogares con materiales efímeros de la vida cotidiana resume en su propuesta la benjamina de la exposición, Mercedes Pimiento (Sevilla, 1990). La maqueta se posiciona sobre una placa blanca de escayola en la obra Useless Landscape (Paisaje sin uso). "Es la muestra de un paisaje español en la ruina, de algo que nunca se ha llegado a utilizar, que ha quedado sin memoria", apunta Pimiento, contenta de participar en esta muestra con artistas mayores que han sido sus referentes.
Una onda de flores secas, tallos y hojas, unidas sobre hilos de nailon que parten de una esquina de la sala y explosionan contra una pared creando un espacio transitable sobre el que replegarse es una de las propuestas de la artista cordobesa Lola Guerrera, que ha creado la instalación ex profeso para esta muestra. Dentro de una maceta, el veterano de la generación, Miguel Ángel Moreno Carretero (El Carpio, Córdoba, 1980), introduce cuatro espejos bajo la tierra y recrea en miniatura la esquina de cualquier urbanización fantasma, que se mutiplica sin habitantes.
David Escalona, Sonia Espigares, Julia Fuensal y Pablo Muñoz Arenillas, Cristina Mejías, Alba Moreno y Eva Grau, Óscar Romero y Beatriz Ros conforman además la selección de artistas treinteañeros que exponen en esta muestra que propone hogares, viajes, soledades e inquietudes de una generación andaluza.
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