Viajar con la imaginación
La oferta cultural madrileña para el final de las vacaciones veraniegas oscila entre la nostalgia, el terror y la realidad virtual
Una de las mejores propuestas de la última muestra de creación escénica Surge Madrid fue No soy Dean Moriarty, de Jean Yago, dirigida por Gerard Iravedra. Basada en la novela En la carretera, escrita por Jack Kerouac, esta obra vuelve a partir del miércoles a la Sala Tú. En un garito de una ciudad sin nombre, dos jóvenes camareros (Fernando Tielve y Ferran Vilajosana) recogen y limpian el local mientras juegan a ser libres, metiéndose en la piel de Sal Paradise y Dean Moriarty, protagonistas de la mítica novela. Para abandonar su tediosa vida, cada noche se imaginan estar en lugares diferentes. Hoy, uno de ellos confiesa que ha llegado el momento de dejar todo atrás y convertir la ficción en realidad. El otro defenderá que él viaja cada noche, de verdad. Y ahí estallará el conflicto de esta tragicomedia que reflexiona sobre la libertad. ¿Viajarán a algún sitio en algún momento o seguirán jugando eternamente a viajar desde ese bar sin salir jamás de él?
Rendidos a los clásicos
El estío ha consolidado una tendencia en la programación de los cines de verano: la mirada al pasado. Realizada bien en clave nostálgica —como el lleno absoluto de La Princesa Prometida en Cibeles de Cine, donde vuelven a emitirla el 6 de septiembre— bien en clave clásica. Así, esta semana en el cine de los cascos programan El Apartamento (30 de agosto), Sabrina (28 de agosto) y Jules et Jim (31 de agosto). En Conde Duque se rinden ante la imponente Metrópolis (4 septiembre) y se regocijan con Trainspoting. Ante el estreno de la efectiva y eficiente Café Society, la dosis anual de Woody Allen, las salas estivales homenajean al director bien emitiéndola (29 de agosto en Fescinal; 9 de septiembre en Conde Duque) bien reponiendo la maravillosa Misterioso Asesinato en Manhattan (3 de septiembre en Cibeles de Cine). Para tener un clásico final de verano.
Los ochenta, la realidad virtual y una ruta terrorífica
Los ochenta están de moda. Series como Stranger Things o la vuelta —en femenino— de Cazafantasmas demuestran que la década que alumbró también a Los Goonies sigue teniendo tirón. Y en la sala de cine Artistic Metropol (Cigarreras, 6) lo atestiguan, además, con la proyección de otra de estas joyas que, sin duda, hará las delicias de los nostálgicos: La historia interminable. El próximo miércoles, Bastián volverá a tratar de impedir que el Reino de Fantasía desaparezca. La cinta se proyecta a las 16.15 horas y la entrada vale 4,5 euros.
Otra realidad que parece que ha venido para quedarse es la virtual. Quienes saben de esto dicen que será la tecnología protagonista del 2016. En el Espacio Fundación Telefónica (Fuencarral, 3) lo secundan con el denominado Espacio Realidad Virtual: un showroom en el que se podrán probar de manera gratuita infinidad de gadgets y sentir también las experiencias más avanzadas en este campo. Este espacio está en la cuarta planta y se puede visitar desde el próximo jueves y hasta finales de año. Para participar es necesario reservar fecha y hora.
Y un plan terrorífico. Madrid Ghost Tour ofrece el próximo viernes una ruta por el lado más oscuro de la capital. Se podrá conocer, por ejemplo, a algunos de los seres más fantasmagóricos de la ciudad. Como la chica que llora en el Palacio de Linares, la muchacha del balcón que mira desde la casa de las siete chimeneas o el hombre sin cabeza que se sienta frente a la Iglesia de San Ginés. La ruta se hace con un guía y parte desde la estatua de Felipe III, en la Plaza Mayor. El recorrido dura dos horas y cuesta siete euros (cuatro los menores de 12 años).
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.