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Carmena abrirá el Instituto del Hambre en el Mundo en la Casa de Campo

El parque público, que será remozado, también albergará la Biblioteca de Gastronomía y Nutrición

Palacio de los Vargas, en la Casa de Campo.
Palacio de los Vargas, en la Casa de Campo.Álvaro García

La Biblioteca de Gastronomía y Nutrición y el Instituto de Estudios sobre el Hambre en el Mundo compartirán sede, el Palacio de los Vargas, que ya se encuentra en obras de adaptación. El edificio albergará también un restaurante que esté “a tono” con el lugar, destacan desde el Ayuntamiento. Ambas instituciones son un empeño personal de la alcaldesa, Manuela Carmena, que de esta manera muestra su compromiso con el turismo y con los problemas sociales, no solo de Madrid, también de otras partes del planeta. Los dos organismos se localizarán por tanto en la Casa de Campo, un parque público de 1.722 hectáreas que el Gobierno municipal de Ahora Madridquiere remozar antes de que finalice la legislatura.

La Biblioteca de Gastronomía y Nutrición será, según un portavoz municipal, un espacio “especializado en alta cocina”. El Instituto de Estudios sobre el Hambre en el Mundo servirá como “un centro de investigación, de dietética y de estudios de cómo luchar contra el hambre”. Ambas instituciones dependerán del Consistorio, aunque aún se desconoce si para ponerlas en marcha se contratarán expertos o se hará con personal municipal. El Consistorio quiere convertir a este lugar en un punto de marcado atractivo turístico, y más concretamente vinculado al mundo de la gastronomía, uno de las piedras angulares del sector turístico en la capital, que en 2015 registró el récord de casi nueve millones de visitantes.

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De momento, no han trascendido más detalles de las dos instituciones que plantea levantar Carmena en el Palacio de los Vargas, un edificio de origen renacentista diseñado como lugar de recreo de los Vargas, una de las familias más influyentes de la época en Madrid. El inmueble se terminó de construir en 1519. Ya antes de que en 1561 Felipe II estableciera la capitalidad del reino en Madrid, el monarca anexionó el palacio al Real Alcázar, residencia de la Familia Real. El edificio fue el hogar de José Bonaparte durante la dominación francesa. Pasó a ser propiedad municipal en abril de 1931, cuando la Segunda República lo cedió al Ayuntamiento, al igual que la Casa de Campo.

En 1967 el arquitecto Manuel Herrero de Palacios reformó el palacio. La última intervención se llevó a cabo entre 2014 y 2015, cuando el Consistorio decidió suprimir los elementos incorporados por Herrero de Palacios con la intención de devolver al palacio su apariencia dieciochesca.

En época del alcalde Alberto Ruiz-Gallardón, el edificio fue utilizado como sede de la dirección general de Deportes. Según un portavoz municipal, “hace poco que Carmena visitó el lugar”. Aunque el inmueble es sólido y no habrá que hacer “mucha obra” para que se instalen los organismos que planea la alcaldesa, “se encontraba abandonado y en muy mal estado”. Carmena creyó entonces conveniente habilitar aquella joya, “en la que años atrás se habían ido tirando tabiques, instalando puertas y adaptando muebles de malas calidades”.

El nuevo proyecto ha tenido que ser presentado (y aprobado) a Patrimonio, que depende de la Comunidad de Madrid, ya que, desde 2010, el Palacio de los Vargas, como el resto de la Casa de Campo, tiene carácter de Bien de Interés Cultural. Al estar protegido, se requiere de un tratamiento especial que combine su conservación con la finalidad de potenciar las actividades de uso administrativo, de ocio, cultural o deportivo que albergue. No es la única novedad que el equipo de Gobierno municipal planea para la Casa de Campo. Antes de que termine la legislatura, al pulmón de la ciudad se podrá acceder andando desde el Palacio Real por el túnel de Bonaparte, construido en época de la dominación francesa y cerrado al público desde hace años. Se hará mediante las obras en la Cuesta de la Vega. Los trabajos incluyen también la rehabilitación de los Jardines de Sabatini.

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Adiós al teleférico

En el plan se esboza también la recuperación de los recintos feriales, una extensión de 67 hectáreas que necesitará de la presentación de un nuevo Plan Especial que sustituya al redactado en 2005. Se estima que este gran proyecto, que contará con una “importante inversión pública y privada”, podría crear 2.000 empleos, según un documento del Gobierno municipal. Pero hay más novedades. Este 2016 vence la concesión de dos grandes espacios abiertos dedicados a discotecas y no se renovarán, por lo que estas salas de fiesta nocturnas desaparecerán de la Casa de Campo. En 2017 acaba otra concesión: la del teleférico que conecta la Casa de Campo con el Paseo de Rosales. Tampoco se renovará. En su lugar, se va a diseñar “una potente operación” que conectará los nuevos desarrollos de la ciudad en el entorno de la plaza de España y el Paseo de Rosales con el distrito de Latina.

No es la única conexión que se plantea el Ayuntamiento. Después de la transformación histórica de una parte de la ciudad, Madrid Río, el Consistorio quiere continuar con su desarrollo tanto hacia el norte como hacia el sur. Hacia el norte, extendiendo la parte baja de la Casa de Campo hacia la carretera de A Coruña y conectando con el entorno natural del Club de Campo. Hacia el Sur hasta Getafe, en una auténtica operación regional que vertebre a lo largo de ocho kilómetros el río Manzanares, con un pasillo arbóreo y ciclista, conecte la aislada Caja Mágica, en Usera, y llegue hasta Perales del Río.

Un parque público "degradado"

En los últimos años, y fruto de la falta de mantenimiento, el Consistorio asegura que la Casa de Campo se encuentra degradada. La mitad de los diez locales dedicados a la actividad gastronómica han tenido que cerrar, abandonando la concesión obtenida, por culpa de las restricciones al tráfico, la crisis y la falta de mantenimiento. El entorno, además, se utiliza como un aparcamiento no controlado. En la zona también se encuentra la llamada Ciudad de la Seguridad, sede de la Policía Municipal. Fue diseñada por el equipo de la anterior alcaldesa, Ana Botella. El complejo, de dimensiones desmesuradas, ya ha sido corregido, según el Ayuntamiento. Para ello, se han abierto los accesos que recuperan la circulación viaria y se ha cancelado el traslado del Centro Integrado de Seguridad y Emergencias (CISEM).

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