Exposición de exposiciones
'Colección XIII' muestra en el CA2M la evolución en las formas de exhibir el arte
Más que una exposición, esto es una metaexposición. Porque aunque se exponen obras de arte, lo verdaderamente importante es cómo se exponen. Colección XIII. Hacia un nuevo museo de arte contemporáneo es un recorrido por algunos de los dispositivos de exposición que se han utilizado en los diferentes museos de arte contemporáneo que ha tenido Madrid, una muestra de la evolución en las formas de exhibir el arte. Todo ello utilizando las obras de las colecciones que guarda el Centro de Arte Moderno Dos de Mayo (CA2M): la Colección de Arte Contemporáneo de la Comunidad de Madrid y la colección de la Fundación Arco. Precisamente hacer más presentes las colecciones y extraer conocimiento de ellas es uno de los retos que se propone el director Manuel Segade. La muestra se puede visitar en ese mismo centro hasta el 25 de septiembre.
Aunque ahora parezca extraño, el Museo del Prado fue una vez museo de arte contemporáneo, en la época (a principios del XIX) en la que exhibía a autores vivos como Goya, Madrazo o Vicente López. Aquí recrean la forma de exponer de aquel tiempo: llenando literalmente el muro de cuadros, sin dejar un espacio libre, como presas del horror vacui. Las formas de exponer, y no solo las obras, también transmiten un discurso: “Responden a la lógica y el espíritu de cada época” explica el comisario Sergio Rubira, “por ejemplo cuando montas tantas obras en una pared, estás dando un mensaje de abundancia”. En este caso en vez de obras del Prado se ha recreado con obras de las colecciones del CA2M en torno a La Movida madrileña, como son las de Ceesepe, El Hortelano, Costus, Ouka Leele o García-Alix.
A finales del XIX los artistas demandan un nuevo espacio para su arte, así nace el Museo de Arte Moderno, que se ubicaba donde ahora está la Biblioteca Nacional y el Museo Arqueológico Nacional. Si ahora el límite entre el arte del Prado y la del Reina Sofía es la fecha de nacimiento de Picasso, entonces se estableció el límite en Goya. La forma de exponer pasa de crear formas en las paredes al despliegue lineal, los cuadros se suceden muchas veces de forma cronológica y muchas veces en muros recubiertos con cortinas. “Se quería contar una historia progresiva del arte español”, dice el comisario, “y la cortina servía para convertir los museos en palacios. Era también una imagen del poder, por eso hemos incluido aquí obras relacionadas con el poder y la política”. Esther Ferrer, Antoni Muntadas o David Goldblatt, son algunos de los expuestos de esta manera.
En 1951, el Museo de Arte Moderno se divide y nace el Museo de Arte Contemporáneo. Aquí se encuentran las mamparas y estructuras en las que se muestran las obras y que muchas veces permiten ver la trasera de los cuadros, que contiene valiosa información. “En los años 50 hubo interés por las ‘huellas’ que dejaban los pintores en la trasera y las marcas de las capas, que transmitían ideas sobre el proceso en la pintura de acción, entonces en boga”, dice Rubida. Relacionada con este museo estaba la llamada Sala Negra, un espacio con las paredes en negro en las cuales se colgaban las obras de forma asimétrica y con cierto relieve, como si se adelantasen del muro, muy en relación con el trabajo de algunos abstractos como Millares o Saura. “En definitiva, se trata de exponer las obras de las colecciones con estas lógicas de otro tiempo y ver si funcionan. Algunas funcionan mejor que otras, por ejemplo, la acumulación de arte de la reproducción del Prado le sienta bien a las obras de La Movida”, dice el comisario.
Después vinieron más museos, como el Museo Español de Arte Contemporaneo (MEAC, en 1975), que desembocó en la creación del actual Reina Sofía (1992), y que serán estudiados por un grupo de trabajo en el CA2M. “No sé a dónde se irá en las formas de exponer en el futuro. Actualmente tenemos el modelo de cubo blanco y somos muchos más conscientes del lenguaje del montaje. Hay mucha historia detrás y se han probado muchas maneras, ahora sabemos que la forma de montar dice cosas”, concluye el comisario. Está por ver cuando lo actualmente contemporáneo deja de serlo (esta es otra de las reflexiones de la muestra) y como se expone el arte en el futuro, si es que todavía se puede exponer y no viaja dentro de tabletas y pendrives.
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