Un filósofo clama en los tribunales
El aspirante a profesor Miguel Comas, demandado por injurias por el departamento de la UIB
A ver: ¿quién ha ordenado suprimir la filosofía del bachillerato? Venga. Díganlo. ¿Cómo se llama? ¿A qué se dedica? ¿Por qué se esconde? ¡Cuánto me gustaría hablar contigo! Tengo algo que contarte y debo hacerlo antes de que sea demasiado tarde. Para empezar: te has equivocado si crees que la filosofía inocula en los chavales la sutileza de pensar con precisión, la destreza de hablar con elocuencia, la certeza del imperativo ético y la devoción por la sabiduría. ¡Qué va, hombre! Nunca habías estado tan equivocado. Presta atención: aunque la virtud del discernimiento sea un estorbo en los planes de estudio que te han encargado reformar, estoy seguro de que tú, estratega, la utilizas de vez en cuando. Escúchame y saca de ello el mejor provecho.
Esta es la historia de un joven doctor en filosofía que aspira a una plaza de profesor en la Universitat de les Illes Balears. Pierde el concurso, pide explicaciones y pone un recurso contencioso en los tribunales. Lo gana. Pero la Comisión de Contratación de la Universidad (de las Islas Baleares) no ejecuta la sentencia (¡por dos veces y con gran asombro del juez!). Entonces, los profesores del departamento de Filosofía se conjuran para dar un escarmiento al aspirante. Irritados por la insolencia del filósofo que los pone en cuestión, le arrojan tres demandas civiles por injurias.
La gracia del asunto reside en la razón esgrimida por los profesores para acusar a Miguel Comas. ¿Qué grave perjuicio ha causado el joven doctor a su mancillado honor? En defensa de sus reclamaciones tuvo la osadía de citar el dictamen emitido por la Sindic de Greuges de la propia Universitat de las Illes Balears. Joana María Petrus reclama la reforma del sistema de contratación del profesorado, para “impedir arbitrariedades, limitar la subjetividad y prescribir la desviación de poder”. La Sindic denuncia que ni siquiera se redactan los criterios para valorar los méritos de los candidatos, lo cual “limita la igualdad de oportunidades, no garantiza la necesaria objetividad de los actos administrativos y otorga un poder desmesurado a las comisiones de contratación”. (A ver qué hacen los jueces con el acertijo: ¿por qué los profesores de la UIB no demandan directamente a la Síndic de Greuges de la UIB?).
Camilo José Cela Conde, que fue profesor del joven doctor, y lo considera con méritos académicos sobradamente probados, lamenta en una carta el “descabellado” argumento utilizado por el departamento para justificar su nepotismo. A Miguel Comas se le ha rechazado como candidato experto en “Corrientes críticas del pensamiento contemporáneo” por afirmar que Jürgen Habermas pertenece a la Teoría Crítica de la Escuela de Frankfurt.
Los profesores del departamento de Filosofía de la UIB dicen que no, que Habermas no pertenece a la Escuela de Frankfurt. Su juicio suena atronador, inapelable. Pero el Director del Instituto de Investigación Social de la Johann Wolfang Goethe Universität de Frankfurt, Dr. Axel Honneth, expresa en una larga carta su “más profunda perplejidad” y el “estado de shock” que le produce tal afirmación. Cita el parecer de “los eruditos serios de todo el mundo” y se extiende confirmando y respaldando el criterio del joven doctor Miguel Comas.
¿Te das cuenta de lo que quiero decirte, estratega que eliminas la filosofía de los planes de estudio? Tú te habrás creído muy listo y con razones para temer a la filosofía, pero ya ves: hete aquí a todo un departamento —los custodios de Platón, Spinoza, Kant y Hegel— demostrándote lo contrario. No hay nada que temer. Al contrario: lo que debes hacer es promocionar a los profesores de filosofía que se querellan contra los filósofos.
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