Arte para limpiar el mar
Thomas Nölle presenta en el festival Drap-Art ‘Mare Rostrum’, un proyecto creado junto con pescadores y la Agencia de Residuos
El artista alemán Thomas Nölle empezó a trabajar con la basura a finales de la década de 1970, cuando la contaminación aun no era tema de debate social ni artístico. Durante las grandes transformaciones de la Barcelona posolímpica recorrió incansable las playas de la Barceloneta recogiendo, fotografiando y clasificando según colores, materiales y formas residuos de todo tipo. Ahora, junto con la Cofradía de Pescadores de Barcelona, el Puerto y la Agencia de Residuos de Cataluña, está realizando un nuevo proyecto Mare Rostrum,que establece un puente temporal y conceptual a través de 40 años de experimentaciones.
“Mare Rostrum es una serie fotográfica basada en la basura retirada del mar por los pescadores de la costa barcelonesa, en el contexto del proyecto Marviva”, explica Thomas Nölle, cuyas obras dan inicio al recorrido expositivo del festival Drap-Art, que se inauguró el pasado jueves en el Centro de Cultura Contemporánea de Barcelona (CCCB). Como si fuera una imaginaria lonja de pescado, las imágenes alternan cajas de desechos y de preciadas gambas rojas. “Ya en los años setenta Jacques Cousteau denunciaba que el Mediterráneo estaba en peligro y aseguraba que los humanos habían hecho más daño a la Tierra y los mares en el siglo XX que en toda la historia anterior de la humanidad”, indica Nölle, recordando que cada año toneladas de desperdicios acaban en el fondo del mar Mediterráneo. Durante años las redes de arrastre de los pescadores han recogido juntos con los peces basura de toda clase, que a menudo era devuelta al mar. Una práctica deletérea que desde la Cofradía de Pescadores de Barcelona se quiere parar a través del proyecto Marviva.
“La Agencia de Residuos de Cataluña interviene en varias iniciativas con el objetivo de profundizar en el conocimiento de la tipología de la basura marina y en la mejora de su gestión. Al final de la jornada los pescadores entregan los restos que han atrapado en sus redes para que sean pesados, fotografiados, clasificados y gestionados por separado, priorizando su valorización”, explica Ignasi Mateo, técnico de la Agencia de Residuos, responsable del proyecto Marviva, que empezó en octubre e involucra 11 barcos de la Cofradía, aunque se espera poderlo implementar próximamente en el resto de puertos pesqueros
Durante el primer mes se recogieron 225 kilogramos de residuos, el 63% de plástico, el 18% textil y con porcentajes menores madera, vidrio y metal. De esta basura el 80% procede de la tierra y solo el 20% del mar, pese a la gran cantidad de embarcaciones pesqueras y turísticas. “El puerto es un microcosmos que refleja las contradicciones de la sociedad, donde la máxima pobreza y condiciones de trabajo extremadamente duras, conviven con el lujo más excesivo de yates y cruceros”, concluye Nölle, que en Drap-Art exhibe también Pompeji, uno de sus mosaicos de los años 90, realizados con cajitas llenas de desechos de plástico y cristales pulidos por la sal y el movimiento del mar, que enlaza la tradición artística de la antigüedad con la actual cultura del desecho.
La asociación que promueve Drap-Art cumple 20 años y lo celebra presentando 100 obras de arte creadas a partir de objetos reciclados, obras que contienen denuncias sobre temas tan diversos como la gentrificación, la violencia de género, los residuos tecnológicos o marinos, como hace Nölle con sus basuras recuperadas del mar.
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