Feijóo ignora las denuncias oficiales sobre riesgos en quirófanos de Vigo

El fuerte descontento de profesionales y pacientes con el nuevo hospital de Vigo ha absorbido este miércoles la sesión de control en el Parlamento gallego al presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo, quien ha insistido en reducir a “incidencias en un edificio” el rosario de denuncias por falta de material quirúrgico, fallos de equipos, problemas de fecales o deficiencias en la comida que reciben los enfermos. Ni Feijóo ni el recién nombrado conselleiro de Sanidade, Jesús Vázquez Almuíña, han parecido inmutarse cuando el portavoz del BNG, Francisco Jorquera, ha leído el estremecedor testimonio de una portavoz oficial del Colegio de Enfermería de Pontevedra sobre lo ocurrido hace unos días en un quirófano de este centro hospitalario durante una craneotomía de urgencia para la que no estaba disponible el instrumental adecuado: “Se operó con un motor incompleto que en lugar de cortar, fresa el hueso. El paciente quedará con un defecto óseo de por vida”. El episodio fue revelado por la entidad colegial este lunes ante el pleno municipal de Vigo sin que la Xunta haya dado hasta el momento ninguna explicación.

A esta y otras denuncias de carencias de material tan básico como mantas o comida, Feijóo ha respondido destacando que los quirófanos, los servicios médicos y las urgencias tienen en el hospital Álvaro Cunqueiro “más espacio” que en otros centros de la comunidad. También ha ondeado cifras: las 725 intervenciones que se han practicado en el complejo vigués en su primer mes de funcionamiento, las 2.960 altas hospitalarias, las 73.300 consultas y las 12.837 urgencias atendidas. Y para replicar a la viceportavoz de Alternativa Galega de Esquerda (AGE), Yolanda Díaz, que afirmó que la “ciudadanía de Vigo está en riesgo por el desastre en el que se ha convertido el nuevo hospital”, el líder del PP gallego leyó una queja, sin autor desvelado, sobre el Hospital Central de Asturias. “Escuche a la gente”, le ha recomendado Díaz al presidente de la Xunta. “Baje al mundo real”, ha incidido Jorquera.

Feijóo ha enumerado datos sobre el “rendimiento asistencial” del Servizo Galego de Saúde (Sergas) del que dice sentirse “orgulloso” y no ha respondido a la pregunta de AGE sobre las razones que le llevaron a destituir recientemente a Rocío Mosquera como conselleira de Sanidade. “Lo hice en base a las competencias que me da el Estatuto [de Autonomía de Galicia]”, ha despachado el presidente del Gobierno gallego, quien ha esgrimido el aumento del presupuesto para la Consellería de Sanidade en el proyecto de cuentas autonómicas para 2016 como una prueba de su compromiso con la sanidad pública.

El portavoz del PSdeG, José Luis Méndez Romeu, ha preguntado a Feijóo sobre la lucha contra la crisis demográfica a la que la Xunta ha dicho que dará prioridad este año. El socialista le ha recriminado al popular que anuncie ayudas directas a las familias para combatirla –una tarjeta familiar para abonar gastos del bebé en su primer año de vida o bonos para pagar guarderías y cuidadores- cuando “la experiencia internacional ha demostrado que son poco eficaces”. Méndez Romeu ha acusado al PP de "promover el natalismo, una visión ideológica de raiz ideológica" y ha recordado la campaña de publicidad en la que el Gobierno gallego se gastó 1,5 millones "propagando una imagen edulcorada de familia". "Durante esa época", ha añadido el diputado socialista, "la natalidad bajó un 8%".

Feijóo se ha defendido afirmando que el PP fue el primer partido en detectar el problema de baja natalidad que arrastra Galicia desde “los años ochenta” –ha situado el momento en 2001, cuando Manuel Fraga lo “planteó en el Parlamento”- y se ha comprometido a convertir Galicia “en el lugar más fácil para tener hijos desde el punto de vista fiscal, de ayudas directas y de servicios públicos”. El problema, ha advertido sin embargo, no ha sido resuelto siquiera por países con mayor potencial económico como Alemania o Japón.