CSA plantea despedir a la mitad de su plantilla para evitar el cierre
El grupo concreta en 107 el número de trabajadores a despedir para no cerrar tres filiales
El grupo de fabricación de componentes para coches Castellón Automotive S. A. (CSA) concretó el pasado viernes el número de personas que quiere despedir a cambio de no cerrar sus tres filiales en Cataluña: 107 de los 213 trabajadores de sus centros en Ripollet, según informó la dirección al comité de empresa. La reunión acabó sin acuerdo, después de que el comité exigiera datos que justifiquen la reducción de personal. La empresa se comprometió a presentarlos este martes.
Los empleados sospechan que la intención de la compañía es adelgazar las plantillas de CSA Windows Regulator, CSA Automotive y CSA Kluster para “venderlas al mejor postor”, según fuentes del comité de empresa. Entre los posibles compradores estaría la japonesa Hi-Lex, según estas fuentes.
El grupo aún no ha planteado de forma oficial un expediente de regulación de empleo (ERE) para este centenar de despidos pero advirtió a los trabajadores que estos deben realizarse antes de que acabe el año. La dirección ha ofrecido 25 días por año con un tope de 12 mensualidades, una propuesta que ha sido rechazada por el comité.
CSA anunció a mediados de septiembre que plantearía un ERE para despedir a todos los trabajadores de CSA Windows Regulator y CSA Automotive en Ripollet, donde produce elevalunas para ventanas y cables, respectivamente. Dos semanas después, la dirección dio un paso atrás y renunció a cerrar la planta que alberga a ambas compañías a cambio de recortar personal. La reducción se aplicará también en CSA Kluster, otra pequeña empresa del grupo que emplea a una docena de personas.
Los centros de Ripollet trabajan en exclusiva para Ford con un contrato que caduca en 2017 y no han recibido más proyectos desde que lograran salir de un concurso de acreedores en 2009, según explicó hace un par de semanas el presidente del comité de empresa, Pedro Alcaraz.Las plantillas se encuentran afectadas por continuos expedientes de regulación temporal de empleo (ERTE) desde hace tres años ante la escasa carga de trabajo, por lo que muchos empleados han consumido buena parte del paro, según explicó. La firma cuenta con otras dos fábricas en Madrid y México.
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