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El Clínic será el centro de referencia para reconstrucciones de clítoris

La Generalitat incluirá la intervención en la cartera pública de servicios este año

Jessica Mouzo
Juicio contra unos padres por la ablación de clítoris de su hija.
Juicio contra unos padres por la ablación de clítoris de su hija.Gianluca Battista

La Generalitat ha dado un paso adelante en la lucha contra la ablación y, antes de fin de año, incluirá en la cartera de servicios del Departamento de Salud las intervenciones de reconstrucción de clítoris a mujeres mutiladas residentes en Cataluña. Hasta ahora, este tipo de operaciones sólo las realizaba la clínica privada Dexeus, que corría con todos los gastos. El hospital de referencia para estas intervenciones en la sanidad pública a partir de ahora será el Clínic de Barcelona. Según el último Mapa de la Mutilación Genital Femenina de 2012 de la Universidad Autónoma de Barcelona y Wassu Gambia Kafo, en Cataluña hay 18.000 mujeres mutiladas, el 39,5% más que en 2008, y más de 6.000 niñas en riesgo de ser sometidas a esta prácticas.

Los expertos consultados coinciden en que la reconstrucción de clítoris supone “una oportunidad” para las mujeres mutiladas y un avance en la lucha contra esta práctica, aunque advierten de que el perfil susceptible de someterse a estas intervenciones es muy específico y poco numeroso. La subdirectora general de promoción de la salud, Carme Cabezas, reconoce que no esperan un número muy alto de peticiones. “No sabemos muy bien cuál es la cantidad pero espontáneamente, por lo que nos dicen desde atención primaria, no tiene mucha demanda”, apunta.

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Las mujeres residentes en Cataluña que hayan sufrido una MGF deberán dirigirse a su centro de atención primaria (CAP). Los ambulatorios que dispongan de una unidad de atención a la salud sexual y reproductiva (ASSIR), atenderán directamente a las mujeres que han sufrido la MGF para que sean derivadas al hospital Clínic de Barcelona. Si el CAP no tiene una unidad ASSIR, se le derivará al centro médico más cercano que tenga este servicio. “En el Clínic había una confluencia de trabajo conjunto entre los servicios de ginecología y cirugía plástica que hacían más sencillo articular el dispositivo para realizar estas intervenciones”, señala Cabezas.

Hasta ahora, el único hospital donde se realizaban este tipo de intervenciones era en el Instituto Dexeus de Barcelona, que asumía todos los costes, de unos 1.500 euros por intervención. El doctor Pere Barri, pionero en esta operación en España ha intervenido a 70 mujeres y tiene varias pacientes en lista de espera.

Salud ha desplegado también sesiones de formación para médicos, enfermeros y comadronas en algunos CAP de la mano de la pediatra Imma Sau, experta en MGF. “Explicamos qué es la MGF, los tipos, qué efectos produce a corto y largo plazo y cómo abordar este tema”, explica. Ya se han hecho seis sesiones y hasta fin de año están previstas otras tres. Los CAP elegidos se seleccionaron “en función de la incidencia de la población de riesgo”.

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Cabezas ha revelado además que se está preparando una actualización del Protocolo de Actuación para prevenir la MGF del que dispone la Generalitat, un documento cuya aplicación ha sido controvertida. La antropóloga Adriana Kaplan, directora de la Fundación Wassu-UAB, ya alertó en una ocasión de que este protocolo se había “pervertido” porque en lugar de comenzar por la prevención, los profesionales activaban el nivel IV, que implica la intervención de los mossos.

“Los profesionales no están formados y cabe el riesgo de que, cuando se encuentren con un caso de una niña que está a punto de ir de viaje a su país de origen, por ejemplo, cojan el protocolo y activen el nivel urgente, donde intervienen los mossos. Y la misión de la policía no es hacer una valoración del riesgo, sino oficiar el caso”, apunta la investigadora Aina Mangas, que prepara una tesis doctoral sobre el protocolo. “Habría que preguntarse si esto es una necesidad nuestra o de estas mujeres. Remover este tema sin tener las herramientas para tratarlo a fondo puede ser contraproducente. Me preocupa cómo se va a desplegar este proceso porque no es una simple derivación a cirugía, hay que hacer un abordaje completo”, agrega.

Kaplan asegura que se está dejando de lado la prevención.“Se está escondiendo el verdadero trabajo, las buenas prácticas que hacen ayuntamientos como Badalona o Santa Coloma de formar a los sanitarios de atención primaria y las colaboraciones de fundaciones como La Caixa o la Agencia Catalana de Cooperación que han ayudado a tratar el tema de forma transnacional”, concluye. Mangas añade que “el gran reto" es que la Administración ponga los medios para capacitar a los profesionales de la salud.

Sobre la firma

Jessica Mouzo
Jessica Mouzo es redactora de sanidad en EL PAÍS. Es licenciada en Periodismo por la Universidade de Santiago de Compostela y Máster de Periodismo BCN-NY de la Universitat de Barcelona.

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