Un centenar de imágenes, 49 miradas
La exposición 'Cara a Cara' reúne en Foto Colectania cien obras de los principales fotógrafos de España y Portugal desde los años 50
Una exposición de fotografía comentada conjuntamente por tres fotógrafos es poner sobre la mesa su manera de entender su trabajo, qué es lo que buscan cuándo capturan una imagen, en este caso un retrato. Juan Manuel Castro Prieto —con trabajos como la serie de Perú o Etiopía—, Miguel Trillo —centrado en las series urbanas y la juventud de diferentes países— y Gervasio Sánchez —fotoperiodista de conflictos bélicos como la guerra de Bosnia, la Guerra del Golfo y África— tienen cada uno su objetivo particular. Comparten un diagnóstico común del panorama de la fotografía: que carece del reconocimiento que merecería de las administraciones y, en el caso del fotoperiodismo, la diana de las críticas va dirigida a los medios de comunicación españoles, por ningunearlo.
“En España hay un grupo de 15 o 20 fotoperiodistas que no pueden trabajar aquí y lo hacen en agencias internacionales y en diarios como The Times y Der Spiegel. Forman parte de una generación muy buena que no tienen cabida en los medios de comunicación de aquí porque estos han renunciado, obsesionados por la inmediatez”, afirmaba con contundencia Gervasio Sánchez, fotoperiodista y autor, entre otros trabajos, del libro Vidas minadas, en la presentación de la exposición Cara a Cara en Foto Colectania de Barcelona.
Una de las fotos de Sánchez en esa muestra —que se podrá visitar hasta febrero del año próximo— resulta muy conocida: es la de la niña Sofía, de Mozambique, víctima de una mina cuando tenía 13 años en 1996. “La acompañé a su casa, a 40 kilómetros de Maputo y le pedí permiso a su madre para fotografiarla, se sentó en la cama de su habitación y disparé enseguida. Sin más”, explicaba Sánchez ante la imagen que después fue la portada de Vidas minadas. “Creo que no hay que marear a quien vas a fotografiar. Menos de un minuto para poder captar una imagen buena, real”, añadía quien se niega la condición de retratista “o por lo menos nada convencional”.
La muestra Cara a Cara es una selección de 106 fotografías de 49 fotógrafos —muchas de sus propias colecciones— españoles y portugueses que quiere explicar la relación del profesional que se pone detrás de la cámara con la persona retratada. Imágenes divididas en dos ámbitos, mirada y gesto, y distribuidas por espacios por el que el visitante se puede sentir observado por decenas de ojos. También puede reconocer algunos de los principales fotógrafos de los dos países desde mediados de los 50 del siglo pasado, muchos de ellos Premios Nacionales de Fotografía.
Sin cartelas —las fotos están enumeradas y el visitante podrá conocer nombre y autoría lista en mano— y agrupadas por autores se suceden imágenes que en no pocos casos se han convertido en icónicas, como algunas de la serie de Gente del Raval, de Joan Colom; los retratos de Dalí y de Joan Miró de Francesc Català-Roca; aquella Mirada insondable que retrató Eugeni Forcano en Montjuïc; o algunos de los retratos de la movida y las motos de Alberto García Alix; y otras de Xavier Miserachs, Oriol Maspons, Leopoldo Pomés, Francisco Ontañón, Nicolás Muller, Humberto Rivas o Alberto Schommer, Ricard Terré o Virxilio Vieitez , entre otros.
“Todo debe girar en torno a la persona que retratas, debe contar una historia, cómo vive y cómo es”, sostiene Castro, que muestra varios retratos y paisajes de la serie que hizo en Perú en la que trabó relación con muchas de las personas que fotografió. “Los he visitado años después y les he llevado copias de las fotos que les hice”, añade. Una continuidad de relación con algunos de sus retratados que también práctica Sánchez: “Sofía, la niña mutilada de Mozambique, tiene ahora 32 años y la he visitado”. Por su parte Trillo, argumentaba frente a una de sus fotos en la que se ven dos chicas que salen de una discoteca de Castellón en 1992: “No sé qué me puedo encontrar si intento localizar a algunos jóvenes que retraté en los 80. Me temo que muchos ya no estarán, habrán muerto”. Retratista de tribus urbanas, Trillo fue uno de los fotógrafos que dejó registro de los efectos de las drogas en generaciones de jóvenes.
Cara a Cara será una de las últimas exposiciones de Foto Colectania en su habitual espacio, junto a la plaza Gala Placidia. En 2016 se trasladará al barrio del Born, en concreto a un espacio de 500 metros cuadrados en el Paseo Picasso, número 14, donde proseguirá su excelente labor. La fundación cuenta con una colección de fotografía que reúne más de 3.000 obras de autores españoles y portugueses desde 1950. También tiene una biblioteca de consulta libre y de una cámara de conservación donde guarda su colección, el archivo de Paco Gómez y algunos fondos de otras colecciones particulares.
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