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Los urinarios de la discordia

El plan piloto de lavabos portátiles del ayuntamiento topa con las críticas del nacionalismo y de grupos vecinales del Raval

Cristian Segura
Los urinarios en el Born.
Los urinarios en el Born.consuelo bautista

El Ayuntamiento de Barcelona se batió ayer en retirada ante la primera envestida de Convergència. El urinario portátil ubicado junto a la fachada del Born Centre Cultural —“la zona cero de los catalanes”, según definición de su director fundador, Quim Torra— suscitó un alud de críticas desde sectores nacionalistas que lo consideraban irrespetuoso. El consistorio respondió desplazando los WC a una esquina opuesta de la calle Comerç, más discreta pero en la que hace bajada y donde usar el lavabo requiere de buen equilibrio.

La concejala de Ciutat Vella, Gala Pin, aseguró que colocar los urinarios en la pared del museo fue un error de la empresa instaladora. Una portavoz del Ayuntamiento añadió que la polémica iniciada en Twitter aceleró el cambio de ubicación. CiU convocó una rueda de prensa para denunciar que los urinarios al lado de las ruinas del Born son “una falta de respeto y un desprecio a la historia y al patrimonio de la ciudad y del país”. CiU, en cambio, no ha mostrado su rechazo a los baños públicos que se ubican justo debajo de la estatua de Frederic Soler, Pitarra, a quien el monumento reconoce como “fundador del teatro catalán”. La CNT tampoco ha emitido ningún comunicado por el hecho de que uno de los lavabos portátiles se haya instalado en la plaza Salvador Seguí, el Noi del Sucre, histórico dirigente del sindicato y asesinado muy cerca de donde se encuentra el urinario.

La edil de CiU Francina Vila añadió que los urinarios móviles no solucionan los problemas de civismo de Barcelona. Ramon Solé es vicepresidente de la Asociación de Vecinos de Nou de la Rambla y secretario del Eje Comercial del Raval. A 20 metros de su tienda de electrodomésticos, en la esquina con la calle Tàpies, han colocado la pirámide de urinarios y el lavabo. La pirámide y el bloque forman una pareja que se ha instalado en seis puntos de Ciutat Vella. Solé asegura que la gente continúa orinando escondida detrás de los contenedores de basuras que hay en Tàpies: “Los urinarios dan mala imagen, están inclinados y nadie los utiliza”.

Algunos ya han sufrido desperfectos. El de la plaza Terenci Moix ha sido grafiteado con rotulador; el de la plaza Jean Genet tiene un boquete en la base y los líquidos se desparraman por el arcén. Los lavabos ubicados en el paseo Marítimo eran utilizados ayer por un grupo de vendedores ambulantes para guardar su mercancía. CiU modificó en 2013 la ordenanza de terrazas. Quiso incluir la obligación de los bares de dar servicio público con sus baños, pero no obtuvo suficientes apoyos. En Barcelona hay 104 lavabos públicos en parques, 117 en las playas, cuatro lavabos-cabina en Ciutat Vella y un millar más disponibles para la ciudadanía en equipamientos municipales. La comisión de Hábitat Urbano del Ayuntamiento debatió en 2014 la manera de señalizar mejor estos servicios.

José Luís Gonzalo regenta un kiosco en Pla de Palau. Al lado de su establecimiento se encuentra una de estas cuatro cabinas sanitarias de acero inoxidable, "muy utilizada por los turistas", según Gonzalo: “Se utiliza mucho y vienen con frecuencia a limpiarla porque el lavado automático ya no funciona y el papel higiénico lo acostumbran a robar”. Todos los lavabos móviles de la prueba piloto contaban ayer con papel higiénico. En tres horas de ruta diurna por los urinarios en pruebas, este periodista no vio a nadie utilizarlos.

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Sobre la firma

Cristian Segura
Escribe en EL PAÍS desde 2014. Licenciado en Periodismo y diplomado en Filosofía, ha ejercido su profesión desde 1998. Fue corresponsal del diario 'Avui' en Berlín y en Pekín. Desde 2022 cubre la guerra en Ucrania como enviado especial. Es autor de tres libros de no ficción y de dos novelas. En 2011 recibió el premio Josep Pla de narrativa.

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