La arquitectura, eje de un Salón del Manga de Barcelona que crece
El encuentro, que llega a su 21 edición y que tendrá lugar del 29 de octubre al 1 de noviembre, ocupará 60.000 metros cuadrados en Montjuïc, 10.000 más que en 2014
La arquitectura, una pasión muy japonesa (especialmente si se trata de la Barcelona modernista y de la ejecutada por Gaudí) será la razón de ser del XXI Salón del Manga que tendrá lugar en la capital catalana del 29 de octubre al 1 de noviembre y que sigue expandiéndose: la convocatoria ocupará este año 60.000 metros cuadrados del recinto de Montjuïc de la Fira de Barcelona, 10.000 más que en la pasada edición.
Según aseguró ayer en la presentación del salón Oriol Estrada, comisario de exposiciones, la arquitectura se traducirá en el programa en una serie de actividades y que harán aflorar una relación entre el género del manga y la arquitectura con al menos tres ejes: el detallismo de los autores para dibujar el entorno, la pasión de los japoneses por la obra de Gaudí y presencia de obras de arquitectos japoneses en Barcelona (el Palau Sant Jordi y los nuevos pabellones de Fira de Barcelona).
En armonía con lo anterior, el evento contará con la participación de Etsuro Sotoo, que esculpe parte de la puerta de la caridad de la Sagrada Familia, y de Hiroya Tanaka, encargado de realizar los planos de gran parte de la obra del arquitecto catalán.
El vínculo entre manga y arquitectura ha inspirado el cartel oficial: cuatro gatitos subidos en las torres de la Sagrada Familia, grafismo que por primera vez ha recaído en una dibujante japonesa, la mangaka Konami Kanata, autora de El dulce hogar de Chi y La abuela y su gato gordo.
Este año el salón ocupará 60.000 metros cuadrados. Según Pilar Gutiérrez, directora en funciones del mismo, el incremento en 10.000 metros cuadrados responde al aumento de expositores y actividades, entre las que destacan las relacionadas con la cultura japonesa, un espacio para el cosplay —(disfrazarse de perosnaje de manga, anime o videojuego), toda una subcultura— que aporta color al certamen y la gastronomía. En este último apartado, amén de un sinfín de talleres, sobresale una exposición sobre el sake, en la que se podrán ver un centenar de variedades de este licor.
Entre las actividades culinarias destacan, por un lado, la celebración de un concurso de oventos (fiambreras japonesas), con la intención de, en un proceso inverso al tradicional, “acercar el salón a la comunidad japonesa en Barcelona”, y, por otro, un taller de kazari sushi (un sushi de tipo decorativo, con formas y personajes) y otro de cocina tecnojaponesa.
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