Protesta en el Arnau de Vilanova de Lleida contra el cierre de camas

Trabajadores del hospital Arnau de Vilanova de Lleida se ha concentrado esta mañana a las puertas del centro sanitario para protestar contra la decisión del Instituto Catalán de la Salud —la gran empresa pública de servicios de salud que gestiona éste y otros siete hospitales— de cerrar durante el verano hasta el 44% de las camas disponibles del complejo sanitario. Según la presidenta de la Junta de Personal, Amparo Loren, el Departamento de Salud dejará sin servicio a partir de hoy 97 camas. En agosto, la cifra ascenderá a 152 plazas.

"Este verano la dirección nos ha dejado..." era el lema de la pancarta que han colgado los sanitarios en la entrada del Arnau y que remataba con un tendal real de bragas y calzoncillos como señal de protesta por la situación que, aseguran, vive el centro. Los trabajadores, delegados de CC OO, han organizado la protesta para informar a los usuarios de lo que supone la reestructuración estival en verano. Los sindicalistas han repartido octavillas entre los pacientes y han empapelado el vestíbulo del hospital con panfletos en contra del cierre de camas. "Hoy empiezan los recortes de camas y de horarios en los centros de atención primaria, la unificación de servicios, no se cubren las vacaciones de personal en los centros de salud... Este año cierran las 30 camas de pediatría porque dicen que van a hacer obras, pero ya se han perdido 30 camas de otorrino, que ya están desmontadas, y otras tantas de medicina interna, que sólo se abren ante picos asistenciales", ha explicado Loren.

En toda la región sanitaria de Lleida, el Servicio Catalán de la Salud (CatSalut) prevé cerrar hasta 183 de las 645 camas de las que dispone en la zona. En total en toda Cataluña, los hospitales catalanes clausurarán hasta 2.747 plazas en agosto. De media, Salud dejará sin servicio un 14,16% del total disponible, 236 menos que el año pasado.

Los sindicatos denuncian que esto multiplicará los colapsos en los hospitales. Pese a que Salud insiste en tildar la saturación de las urgencias de "picos puntuales", los trabajadores mantienen que la congestión de los servicios es constante. De hecho, los adjuntos de urgencias del hospital Vall d'Hebron de Barcelona, que informan diariamente por twitter de la situación de su unidad, revelaron ayer que el hospital tuvo que abrir más camas ante el pico de 60 pacientes que se registró el lunes. "No tenemos camas cerradas de forma estructural. Vamos abriéndolas en función de la demanda y ayer se abrieron algunas porque hubo un pico en urgencias. Pero la afluencia es igual a la de otros años", ha explicado una portavoz del centro. El hospital, que abrió 16 plazas más, asegura que la ola de calor ha intesificado la demanda en las urgencias, ya que "han llegado muchos pacientes con cuadros de deshidratación". Ahora, asegura una portavoz de Vall d'Hebron, "la situación está controlada".