Hacienda investigó a fondo a Falcones por acogerse a la amnistía fiscal
El escritor 'superventas' hizo aflorar, en 2012, casi 200.000 euros que había mantenido ocultos en una cuenta en Florida
Ildefonso Falcones proporcionó a Hacienda, sin quererlo, el hilo del que acabó tirando el fisco para llegar hasta su fortuna. En noviembre de 2012, el escritor superventas y su mujer, Carmen Rosich, se acogieron a la amnistía fiscal aprobada por el Gobierno de Mariano Rajoy. Ambos hicieron aflorar casi 200.000 euros que habían mantenido ocultos en una cuenta del Banco Espírito Santo de Miami (Florida). Esa decisión, según han explicado a EL PAÍS fuentes de la investigación, fue el origen de la inspección tributaria que, por ahora, se ha saldado con la imputación de Falcones por tres delitos de fraude fiscal.
Una empresa compró una casa en Barcelona por 1,9 millones y la "cedió" a la mujer del escritor
La regularización extraordinaria permitió al autor barcelonés de best-sellers pagar solo un 10% en impuestos de los 195.115 euros que declaró. Otra de las ventajas de la amnistía fiscal es que evitaba ulteriores investigaciones sobre el origen de los fondos... Pero solo de esos fondos, no de otros. La Agencia Tributaria decidió indagar a fondo el patrimonio de un escritor de éxito que, tan solo un año después de lanzar al mercado su primera novela (La catedral del mar) ya había vendido un millón de ejemplares. Gracias a los datos proporcionados por su editorial, Random House Mondadori, Hacienda descubrió que, entre 2009 y 2011, los rendimientos por la explotación de sus novelas (La mano de Fátima, La reina descalza) sumaron 4,3 millones tanto en España como en el extranjero. Falcones, sin embargo, declaró menos de 400.000.
La Fiscalía se ha querellado contra el escritor por “transmitir los derechos de autor” de sus obras a empresas situadas en países “de reducida tributación”, como Irlanda, Chipre o la República Dominicana. Falcones simuló que no mantiene ningún tipo de relación con esas empresas, lo que le permitió rebajar de forma muy notable su cuota de IRPF. Según el fiscal Pedro Castro, en tres años el escritor defraudó al fisco 1,47 millones. Un juez de Barcelona ha citado ya a declarar como imputados a Falcones, a su mujer y al hermano del escritor, Rafael Falcones, que es fiscalista.
La casa de Barcelona donde viven el escritor y su mujer es una de las pruebas que avalan la tesis del fiscal. En 2011, la empresa Mezzanine compró la vivienda por 1,9 millones y la alquiló a Bufete Falcones; el despacho de abogados de los hermanos, por su parte, cedió “el disfrute” de la casa a Carmen Rosich como “retribución en especie”. El caso es que, aunque Mezzanine se creó en 2009, todas las ampliaciones de capital fueron suscritas por la empresa irlandesa Kurmon, que a su vez es titular de los derechos de autor de Falcones.
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