El sector de la fruta de Lleida teme un nuevo descalabro por el veto ruso
Los empresarios temen no poder recuperar ese mercado, que suponía el 15% de las ventas
El sector de la fruta dulce de Lleida advierte de un segundo “descalabro” de ventas este año por el veto impuesto de Rusia a las importaciones comunitarias de estos productos. Los empresarios ya conocen las consecuencias de esa prohibición por parte de uno de sus principales mercados, al que exportaban el 15% de la producción de melocotones y nectarinas. El sector, que emplea a 24.000 personas, cerró 2014 con un desplome de ventas que lo convirtió en el peor ejercicio de las últimas tres décadas. Las entidades consideran complicado, además, substituir a Rusia por otros mercados a corto plazo.
En una campaña normal, Cataluña produce 400.000 toneladas de melocotones y nectarinas, de las cuales el 75% se destinan a la exportación. Los dos países que compraron más melocotones en 2013 fueron Alemania y Rusia. El presidente ruso, Vladimir Putin, impuso un veto sobre las importaciones de fruta en agosto del año pasado, en plena crisis de Ucrania. La campaña estaba a medias y muchos de los melocotones estaban todavía en el árbol cuando el país, que representaba el 15% de las compras, cerraba las fronteras para la producción. El 2014 fue para el sector una de las peores crisis en décadas, puesto que no había mercados alternativos. Este año los agricultores se enfrentan a la primera campaña en la que, dicen, Rusia “no cuenta como mercado”, ya que la frontera seguirá cerrada por lo menos hasta agosto. Todos los sectores en el proceso de recolección y venta de fruta coinciden en que un año similar al pasado supondría un descalabro sin precedentes en el sector.
Pere Roqué, presidente de la Asociación de Empresarios Agrarios de Lleida y la Asociación Agraria de Jóvenes Agricultores (AEALL- ASAJA) casi descarta el mercado ruso. “Aunque abran las fronteras, los rusos han devaluado su moneda y la ciudadanía difícilmente tendrá nivel adquisitivo para comprar nuestra fruta”, lamenta. Roqué califica 2014 como el peor año de comercialización de fruta de los últimos 30 ejercicios. “Hay 24.000 empleos entre la recolección y la transformación de fruta en Lleida que cuelgan de un hilo, si este año la campaña va mal podemos olvidarnos de que la entidades nos refinancien el 2016 y el sector puede quedar tocado de muerte”, alerta.
Manel Simón, director general de la Asociación Empresarial de Fruta de Catalunya (Afrucat), asegura que este año el sector está llegando en mejores condiciones que la pasada campaña. “En 2014 la cosecha se adelantó y había más oferta que demanda, bajaron los precios y luego el veto ruso acabó por reventarlo todo”, afirma. Simón asegura que de momento la campaña está cumpliendo las expectativas.
Substituir a Rusia por otros mercados es complicado. “Llevábamos nueve años trabajando para consolidarnos en el mercado ruso y nos lo quitaron de un día para otro”, lamenta Simón, que añade que hay acuerdos comerciales con Colombia, Brasil, Arabia Saudí y últimamente Singapur, Malasia o Hong Kong. Estos últimos, dice, son “destinos muy lejanos a los que sólo es posible enviar la fruta en avión, lo que resulta carísimo, porque las variedades en barco tardan demasiados días en llegar y el consumidor las recibe en condiciones que no siempre son óptimas”.
La dificultad de Asia
Josep Lluis Trilla, director comercial de Actel, una de las principales cooperativas de Lleida, coincide con Simón en que esta campaña, por el momento, está siendo mucho más beneficiosa que la del 2014. Para Trilla el consumo en Europa es fundamental. “Si continúa el calor la gente come fruta, pero a la que se forme un mínimo tapón habrá complicaciones”, advierte. El director comercial de Actel no cree en el mercado asiático, ya que considera que “el transporte aéreo es carísimo, el barco tarda 40 días en llegar y el país más grande es China con el que no hay ningún protocolo fitosanitario firmado”.
El responsable de fruta dulce de Unió de Pagesos, Xavier Gorges, encara la campaña con optimismo, pero consciente de que “los nuevos mercados nunca serán tan accesibles como el ruso”. El responsable de fruta dulce de Jarc-Coag, David Borda, alerta de que el mercado ruso se podría perder para siempre ya que “han aparecido competidores como Turquía que comercializa con Rusia o países como Argelia y Marruecos que tienen acuerdos preferentes con la UE los que no accedemos los payeses de aquí”.
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