La izquierda del PSC acude al 24-M con un abanico de marcas y pactos
Iniciativa presenta 230 candidaturas, 23 de ellas con Podemos y 20 con MES
Las formaciones políticas a la izquierda del PSC han apostado en el 24 de mayo por una insólita paleta de denominaciones, siglas y coaliciones para reinventarse. No existe una fórmula única, pues cada municipio es un mundo, pero nunca se había hecho un esfuerzo de confluencia tan decidido como el que se está aplicando en estas las elecciones municipales, aunque algunos personalismos han reventado determinadas candidaturas.
Barcelona en Comú, liderada por la activista de la PAH, Ada Colau es el ejemplo más conocido de la unidad, en la que solo falta la CUP local, que abomina de la marca de tal forma que es capaz de equipar en sus pasquines al urbanista y exconcejal del PSUC Jordi Borja con el falangista Juan Antonio Samaranch.
Las dos fuerzas principales sobre las que pivotan las candidaturas de unidad son Iniciativa-Esquerra Unida y Podemos. La formación, liderada por Joan Herrera, presenta listas en casi 230 municipios, mientras que los segundos aportan militantes en unas 120 listas de toda Cataluña, según sus cifras, pues el partido de Pablo Iglesias no se presenta a las elecciones del 24 de mayo como tal. Unos y otros solo comparten candidatura en 23 ciudades como Barcelona, Terrassa, Igualada, Vilafranca del Penedés, Calafell, Olot o L'Ametlla del Vallès bajo la denominación En Comú. En Sabadell, Vic, La Seu d'Urgell, Sant Celoni, Salt, Igualada o Tordera la denominación es distinta en cada caso.
Colau veta su marca en L’Hospitalet
L’Hospitalet de Llobregat no tendrá una lista de confluencia. Ada Colau, la alcaldable de Barcelona, vetó el pasado jueves la utilización de la denomina En Comú porque se descolgó Procés Constituent y eso produjo un efecto dominó que ha reventado la unidad. Al final, la candidatura solo la integrarán Esquerra Unida-Iniciativa per Catalunya y Pirates, pese a que L’Hospitalet fue la primera ciudad de Cataluña en la que se inició hace más de año y medio un amplio proceso de confluencia. La cabeza de lista que ganó las primarias es Anna González (EUiA), seguida de Júlia Carballeira (ICV) y de Marc Benito (Podemos).
Colau tiene registrada la marca En Comú y, por tanto, no puede emplearse si no lo autoriza. Como no se produjo ese plácet, Podemos también se descolgó y con ellos el colectivo Akelarre, procedente del 15-M. El veto llegó la víspera en que vencía el plazo para presentar candidaturas, con lo que el círculo del partido de Pablo Iglesias no pudo replantearse la estrategia y votar si acudían a las municipales con otra denominación.
Sin embargo se da la circunstancia de que en Cornellà, por ejemplo, Colau ha autorizado la denominación En Comú para una lista en la que está la CUP, pero no ICV-EUiA.
Al mismo tiempo, ICV ha pactado con MES, los escindidos del PSC, en otras 20 ciudades, y, puestos a acordar, acuden juntos con la CUP en Caldes de Montbui y Vilassar de Mar. ICV comparte candidatura con el PSC en Sitges o Ripoll y con Esquerra Republicana en Puigcerdà, Amposta o Llançà.
“O nos movemos o nos mueven. O se suma antes de las elecciones o no se suma, los tiempos han cambiado”, explica Lluís Moreno, secretario de política municipal de ICV, quien relata que ya está superada la fase en la que los pactos se hacían tras las elecciones y tomando casi siempre como eje central el PSC. Iniciativa, por el contrario, se presenta en solitario en ciudades tan significativas como El Prat, donde tienen la alcaldía desde que hay democracia, Cornellà, Sant Boi de Llobregat o Badalona. Las dinámicas locales en cada caso explican el impedimento de la confluencia.
Desde Podemos se asegura que solo apoyan “apuestas de soberanía ciudadana que sean apuestas ganadoras”, como ocurre en Terrassa, Badalona, Cornellà y Molins de Rei. “No queremos que se trate de una sopa de siglas, sino que sean listas en los que la ciudadanía ocupe el eje central”, explica Jaume Asens, candidato por Barcelona e integrante del Consejo Ciudadano de Podemos, la dirección española del partido.
La denominación de la candidatura electoral, además, no es una cuestión anecdótica, pues a la hora de hacer el recuento para la elección de los diputados provinciales y los consejeros comarcales, ha de figurar una marca para saber a qué partido han de atribuirse los votos y concejales. Y es aquí donde las formaciones políticas han pactado también en cada caso con criterios distintos. Por ejemplo, los concejales electos de Badalona en Comú computarán para Poble Actiu (CUP), mientras que los que resulten elegidos con esa misma denominación en Barcelona se contabilizarán para Entesa pel Progrés Municipal (ICV)-
La pluralidad de listas se explica en buena parte por la dificultad para encontrar candidatos ante el desprestigio que vive la política. “Un partido que no tiene implantación nacional está incompleto. Nuestro músculo está en el área metropolitana pero también hemos de estar presentes en Ripoll y Pinell de Bray”, explica Lluís Moreno.
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