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La UPC detecta en la planta de Repsol de Tarragona alto nivel de butadieno

El hidrocarburo, que es cancerígeno, supera diez veces el volumen admitido

Complejo petroquímica de Repsol en Tarragona.
Complejo petroquímica de Repsol en Tarragona. JOSEP LLUÍS SELLART

El Laboratorio del Centro de Medio Ambiente (LCMA) de la Universidad Politécnica de Cataluña (UPC) ha detectado en las localidades de El Morell y Perafort-Puigdelfí (Tarragonès) que los niveles de 1,3 butadieno —un contaminante derivado del petróleo que es cancerígeno superan por diez los límites de calidad del aire admitidos en la normativa internacional a causa de las emisiones de la planta química que Repsol tiene en esa zona. Esta es una de las conclusiones del Estudio de evaluación real de la calidad del aire en los municipios de Constantí, El Morell, Perafort-Puigdelfí y Vilallonga del Camp, que analiza la calidad del aire entre diciembre de 2012 y mayo de 2014 de estas localidades, a petición de las mismas.

Xavier Roca, director técnico del LCMA, señala que han detectado la fuente emisora causante de la elevada presencia de butadieno al aplicar “modelos matemáticos” en los episodios de contaminación, pese a que la Generalitat siempre alega que no se puede determinar el origen de los mismos. Roca alerta de que la presencia de este contaminante afecta a la seguridad laboral de los trabajadores de la planta y también impacta sobre el entorno, y ha recordado que está registrado como cancerígeno por la Agencia Internacional de Investigación Contra el Cáncer (IARC, en sus siglas en inglés).

El estudio de la Politécnica ha analizado 160 compuestos orgánicos volátiles (COV), de los que la Generalitat sólo evalúa lo que exige la UE —el benceno—, que también ha superado el umbral permitido: “Si solo se controlan uno o dos compuestos sucede que lo que no se controla no existe”, critica Roca, que ve una carencia importante de controles en zonas con fuertes emisiones de gases derivados del petróleo.

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Fuentes del Departamento de Territorio explican que la legislación establece desde 2010 un valor límite del benceno para la protección de la salud, pero no para el resto de COV, si bien la normativa sí aconseja vigilar el butadieno, aunque no existe método de medida para este hidrocarburo, un gas incoloro de olor levemente parecido a la gasolina y que se usa para fabricar plásticos y caucho sintético.

El estudio ha detectado que, junto al butadieno, el benceno y el benzopireno también superan los límites, pero la Generalitat ha expresado que en sus seis puntos de control únicamente de benceno “no se ha detectado ninguna superación del valor límite para este contaminante desde su entrada en vigor”.

Fuentes de Repsol en Tarragona han apuntado que después de Semana Santa se reunirán con la Plataforma Cel Net, que ha divulgado el estudio, para contrastar los resultados y conocer la “preocupación” por la contaminación en la zona, y no descartan tomar medidas para reducir las emisiones tras el análisis.

La empresa defiende que, aunque no se limita por ley el butadieno, su planta aplica la normativa de salud laboral y tiene en cuenta la exposición del personal a este componente que, según aseguran es “mínima”, por lo que les sorprende que en el exterior sea mayor.

Por su parte, la Generalitat se ha comprometido a “revisar las condiciones establecidas para reducir las emisiones de benceno y 1,3 butadieno de las instalaciones que emiten estos contaminantes”, e iniciará las acciones necesarias para hacer requerimientos adicionales, de acuerdo con lo que prevé la normativa, han precisado fuentes del departamento.

Durante el primer semestre de este año, se analizará “el método más adecuado” para evaluar el butadieno; se buscarán las ubicaciones más idóneas para su determinación, y se iniciarán actuaciones para implantar sistemas de medida, que se instalarán durante el segundo semestre de 2015.

También impulsará la creación de una Mesa de Sostenibilidad Ambiental del Camp de Tarragona con el fin de “dar a conocer las medidas de prevención ambiental de los distintos sectores industriales”, en especial de las empresas de la Asociación Empresarial Química de Tarragona (AEQT), y actualizará la información a las entidades.

La Mesa estará formada, como mínimo, por representantes de la Generalitat (departamentos de Territorio y Salud), de la Administración local de la zona afectada, de las universidades que investigan sobre este tema, de las entidades de la sociedad civil, y de la AEQT.

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