“El cambio tranquilo sin muletas”

El presidente del Gobierno y del PP, Mariano Rajoy, ha pedido en el cierre de campaña el voto para que su candidato, Juan Manuel Moreno, protagonice al fin este domingo el “cambio tranquilo” y sin “muletas ni bisagras que solo sirven para cerrar las puertas” a otro gobierno distinto del socialista que ha mandado durante los 33 años de historia de la Junta de Andalucía. Esa ha sido la esencia de su discurso y del de todos los oradores principales del PP que han intervenido en el Palacio de Congresos de Sevilla, ante 3.000 simpatizantes. Rajoy, que se ha implicado mucho en esta campaña de Moreno, por lo que significa de primer examen a sus políticas en este año clave lleno de citas electorales, ha vaticinado además que el PP ganará las elecciones y será otra vez el partido más votado: “Estamos a una urna de distancia del cambio en Andalucía”.

Moreno fue una apuesta muy personal de Rajoy. La secretaria general del PP tenía otra idea. Rajoy le conocía del partido, de distintos cargos internos, y como secretario de Estado de Asuntos Sociales. Si se hubiera quedado en Madrid Moreno era la alternativa lógica a Ana Mato para ser su relevo como ministro de Sanidad. A Rajoy le gustan sus maneras. Este viernes las ha vuelto a glosar. Y lo ha hecho para enfrentarlas a las de su rival, Susana Díaz, a la que no ha citado, y para advertir de qué ha servido esta campaña: “Para que la gente sepa quién es Juanma Moreno, cómo es, qué sabe y cuál es su talante, su capacidad y cómo gana los debates”. Y ha agregado: “Y para que todo el mundo sepa quién es, cómo es, qué no sabe, cómo se comporta y qué talante tiene quién todos estáis pensando”.

El presidente ha repetido con alguna novedad su juego dialéctico, que ha practicado varias veces en esta campaña, sobre lo que hay que hacer para que nada cambie: “Votar al PSOE, a IU, a Podemos o a cualquiera que no sea el PP, porque hay una gran competencia ahí entre muchos para ver quién es la muleta del PSOE”. El PP, según Rajoy, “no está para ser muleta, bisagra o enjuague de nadie”.

Rajoy ha demandado que no se desaproveche ni un solo voto de todos los que apoyaron al PP hace tres años (1.500.000 papeletas), porque así se volvería a ser el partido más votado y el ganador y ha augurado que esa meta no es tan difícil como vaticinan todas las encuestas. “Estamos a una urna de distancia del cambio, a 48 horas de un nuevo ciclo, de una encrucijada entre votar el inmovilismo de 33 años o el cambio; a una urna de seguir con el paro y el derroche o del empleo y el bienestar”. Sobre esa idea ha insistido Rajoy y los demás dirigentes del PP toda la noche. “Votar otra cosa es lisa y llanamente eternizar a los socialistas en el poder, prorrogar el pasado y perder el tren de la historia ahora que viene otro periodo de crecimiento para España” tras haber estado hace apenas dos años al borde de la quiebra y el rescate.

Rajoy ha ensalzado como “extraordinario” el tono al “corazón y la cabeza” de la campaña de Moreno para variar de rumbo una Andalucía que podría ir mejor si siguiera la misma senda que el resto de España frente a una rival a la que ve pensando “primero en las primarias socialistas y luego en las secundarias andaluzas y con la maleta en la puerta”.

Moreno ha profundizado en la idea de que muchos andaluces no conocen otro gobierno que el socialista y se ha mostrado dispuesto, “con capacidad, músculo y fortaleza” a “abrir ventanas y puertas, dejar que corra el aire, quitar candados” y liderar ese giro histórico.