Alicante construirá 1.700 viviendas para costear un parque urbano

Construir zonas verdes a base de ladrillo. Es la solución por la que optó ayer el pleno municipal de Alicante (PP, PSOE y UPyD) con la excepción de Esquerra Unida para soterrar las vías ferroviarias y dotar a la ciudad de un parque urbano de casi 160.000 metros cuadrados. Ambas operaciones se costearán con las teóricas plusvalías que genere la construcción y venta de 1.700 viviendas y una superficie comercial de 25.000 metros cuadrados.

El pleno aprobó a mes y medio de las elecciones un plan de 460.000 metros cuadrados que prevé poner fin a la división de una parte de la ciudad que queda dividida ante el paso de los trenes. Y pese a la casi unanimidad, no se cumplió el trámite sin que se escenificaran dos posiciones opuestas, casi una tradición en una ciudad con un plan urbano desfasado y, además, investigado por los tribunales.

Los vecinos de la llamada Plataforma Renfe se felicitaron por la creación de la zona verde y el inicio de un proyecto que ha tardado casi 20 años en comenzar a tramitarse y que está por ver si se construirá.

En la otra versión de las cosas, Carmen Navarro, de la Plataforma Comarcal por la Movilidad Sostenible (PCM), habló de una oportunidad perdida para haber tenido una superficie verde de casi 300.000 metros cuadrados, el doble del previsto. Esta zona verde hubiera tocado el centro urbano de lleno como el parque madrileño de El Retiro.

Desde la plataforma vienen promoviendo un plan alternativo para la zona, datado en 2013 y que contemplaría la creación de una estación intermodal (buses, trenes y Tram) en uno de los extremos de la zona verde conectado a una avenida (Vía Parque), que unirá, bordeando la ciudad, el norte y sur de la urbe alicantina. La antigua estación de trenes se habría convertido en una gran estación de tranvía metropolitano a apenas minutos de la nueva estación.

La alternativa hubiera ahorrado casi un 40% el coste final al evitar el soterramiento y “hubiera sido una magnífica oportunidad para crear una estación metropolitana que sirva a todas las ciudades del entorno”, sostiene Iñaki Malluguiza, miembro de la plataforma.

El plan elevado ayer al Consell por el pleno alicantino verá la luz verde “en los próximos meses”, según la concejal de Urbanismo, Marta García-Romeu, y retornará al Consistorio para su reparcelación y urbanización. La sociedad pública Avant, del Ministerio de Fomento, convocará un concurso internacional de ideas entonces.

El plan no deja de ser arriesgado. Queda fijado a la marcha del mercado inmobiliarios al depender (soterramiento de vías y parque) del dinero generado con la construcción de 1.700 viviendas y la superficie comercial. La ciudad ya tiene 25.000 viviendas vacías. Además, el Consell está impulsando una actuación en el norte de la ciudad que prevé la construcción de otro centro que suma la misma superficie que los cinco ya existentes. Será difícil, sostienen los críticos, encontrar a un promotor que quiera arriesgarse a semejante proyecto.

Las plusvalías, en cualquier caso, tardarán años en cumplirse. El portavoz de EU-IU, Miguel Angel Pavón, las consideró “irreales” y la socialista Loles Fernández argumentó el voto positivo de su grupo en que la ciudad elimina la “cicatriz” que suponen las vías atravesando, aunque apuntó que tampoco es su proyecto favorito. Fernando Llopis, de UPyD, celebró que la estación de trenes se quede en el centro.

Salga cuando salga adelante el proyecto, lo cierto es que el que iba a ser el parque central de Alicante estará, como el resto, cercano al extrarradio.