Exigencia a ETA y quienes apoyaron el terrorismo que reconozcan su error
El Gobierno vasco tributa un homenaje a Fernando Buesa y José Ramón Recalde
El Gobierno vasco exige a ETA y quienes apoyaron sus acciones terroristas que reconozcan la "iniquidad" de haber considerado "lícito" el asesinato de otra persona por motivos políticos y la injusticia que provocaron al mantener en el tiempo esta estrategia. "Tienen una deuda política con la sociedad", dijo el lehendakari Iñigo Urkullu.
Urkullu lanzó este mensaje dentro de la declaración institucional para recordar, reconocer, homenajear y agradecer a los dos miembros del Gobierno vasco atacados directamente por ETA: Fernando Buesa, asesinado junto a su escolta el 22 de febrero de 2000, y José Ramón Recalde, gravemente herido tras ser disparado en el rostro en septiembre del mismo año.
Buesa fue vicelehendakari y consejero de Educación entre 1991 y 1995, y Recalde fue titular de los Departamentos de Educación y Justicia entre 1988 y 1991. Ambos sufrieron la violencia de ETA siendo dirigentes socialistas, y en los dos casos se cumplen quince años desde que la organización terrorista acabó con la vida del primero e intentó sin éxito hacer lo mismo con el segundo.
Esta efeméride llevó al Gobierno vasco a aprobar y dar lectura a una declaración institucional para homenajear a estos dos exconsejeros militantes del PSE, recordar a todas las víctimas del terrorismo en toda su expresión (asesinadas, secuestradas, amenazadas, extorsionadas o acosadas) y dejar claro que todas estas personas nunca debieron convertirse en víctimas.
"Tienen una deuda política con la sociedad", dijo el lehendakari
"Fernando Buesa Blanco nunca debió ser asesinado. Jose Ramón Recalde Díez nunca debió ser gravemente herido. Nunca debieron ocurrir estos atentados, ni ningún otro. No hay justificación. Fue radicalmente injusto", subrayó Urkullu.
El lehendakakari afirmó que se trata de crímenes amparados "en una estructura ideológica perversa que considera que matar a un semejante que piensa diferente es un medio legítimo para obtener fines políticos. Sus autores, y quienes consideraron que esto era lícito, tienen una deuda política con la sociedad: reconocer la iniquidad de esta mentalidad y la injusticia que la misma provocó".
El presidente vasco, que compareció acompañado de todos sus consejeros, sostuvo que el tiempo "pone las cosas en su sitio" y "hoy no hay ninguna duda" de que el error no estaba en las imperfecciones del sistema democrático, sino en "la pretendida pureza del dogmatismo que amparó y promovió el recurso sistemático al terrorismo".
"El terrorismo en cualquiera de sus expresiones, la violencia y la vulneración de derechos humanos fueron posibles porque personas y grupos consideraron que la defensa de una convicción tenía más valor que la dignidad humana. En el futuro, nunca más, ni una causa política o razón partidaria deben situarse por encima de los derechos humanos, la persona y la vida", avisó.
La declaración insiste en la idea de que matar, herir, amenazar, extorsionar o acosar a un semejante es una crueldad, argumenta que "nadie es nadie para violar el derecho a la vida ni la dignidad de nadie" y recuerda a Buesa y Recalde como "dos personas buenas. Dos personas que desde la defensa de sus ideales y convicciones dieron lo mejor de sí por su país, el bien común y el interés general".
Así, y tras indicar que en ambos casos su compromiso democrático "hundía sus raíces en la lucha contra el franquismo", indica que Fernando Buesa y José Ramón Recalde "trazan un itinerario vital y una biografía política de compromiso pleno que se ha mantenido. El asesinato de Fernando da lugar a la Fundación Buesa que trabaja por la deslegitimación del terrorismo y la educación por la paz".
"Y el atentado contra José Ramón no interrumpe su defensa de las libertades, el pluralismo y la democracia; al contrario, la realza e intensifica. Merecen todo nuestro reconocimiento y homenaje", añade.
El Gobierno vasco envía finalmente su afecto y solidaridad a ambas familias, asume de forma autocrítica posibles errores del pasado y da las gracias a Buesa, Recalde y sus allegados por "lo que hicieron antes de sufrir el atentado y lo que han hecho y han permitido hacer después de padecerlo". Buesa y Recalde, concluye, aportaron a la "construcción democrática" y "semilla de convivencia".
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