Salud adjudica por 2.000 millones las ambulancias públicas a tres empresas

La multinacional danesa Falck VL ha sido la gran ganadora del concurso público convocado por el Departamento de Salud para adjudicar el servicio de transporte sanitario durante los próximos 10 años. La licitación, la mayor de la legislatura, está dotada con 2.130 millones de euros más “un 20% por posibles modificaciones durante la vigencia del contrato”. La apertura el pasado miércoles de las ofertas económicas —las técnicas habían sido conocidas una semana antes— ha causado un terremoto en el sector, formado por una veintena de empresas ahora excluidas del servicio. La mayoría de ellas prepara ya un alud de alegaciones y recursos antes de que el recorrido administrativo del concurso haya siquiera terminado, ya que la mesa de contratación debe ahora formalizar las propuestas de contratación.

Falck, que aterrizó en Cataluña hace solo tres años con la compra del grupo Vicente Lázaro, ha presentado las mejores ofertas para hacerse con seis de los 13 lotes en liza. En total, la compañía se ha asegurado una facturación de unos 1.000 millones de euros en la próxima década, cifra que será finalmente algo menor por las bajas ofrecidas y porque en uno de los lotes concure en unión con Ambulancias Vallès.

Transportes Sanitarios de Cataluña (TSC) es la segunda empresa más favorecida y se hará con cuatro lotes dotados con 70 millones anuales. TSC fue comprada a la intervenida Agrupa-ció Mútua en 2011 por un fondo de inversión de la familia italiana Bonomi, dueña también de Port Aventura. La tercera sociedad que ha logrado hacerse con lotes del concurso es la unión temporal de empresas (UTE) Egara y Lafuente, con tres contratos y 42,1 millones anuales.

La concentración del sector, promovida desde el Servicio Catalán de la salud (CatSalut), contrasta con la situación creada por el concurso anterior, adjudicado en 2006 por el Tripartito. Entoces salieron a licitación más de 30 lotes —ganados por más de 15 empresas— más pequeños y en los que el transporte sanitario urgente y no urgente estaban separados.

La exclusión de las empresas históricas del sector augura una batalla legal

Las empresas históricas que han quedado excluidas no escondían ayer su indignación. “Se han cargado a todo un sector”, protestó ayer Federic Terrat, de Ambulàncies La Pau. “No es normal que una empresa sin implantación en Girona nos barra en el concurso a nosotros, que tenemos bases en las ocho comarcas”, afirmó Pere Maria Martínez, del Consorcio del Transporte Sanitario de la Región de Girona. “Iremos hasta el final, a los tribunales si hace falta, porque lo que se ha hecho es abrir en canal un sector que funcionaba bien con empresas locales y dárselo a grandes fondos de inversión”, proclamó otro directivo excluido del concurso.

La cercanía del concurso del transporte ha agitado el sector en los últimos cuatro años. Además de Falck y la familia Bonomi, otras empresas como Ambuibérica —propiedad del fondo de inversión ProA Capital y asesorada por el consejero de Sanidad Xavier Pomés— habían aterrizado en Cataluña con la compra en noviembre de 2011 de Ambulancies Reus por 20 millones de euros. ProA vendió su participación en la sociedad, que tampoco ha logrado ningún lote, a otro fondo de inversión (PIA) hace dos meses. También se ha quedado sin contratos Ambulàncies Baix Ebre, propiedad de Bernardino Coslado, presidente de la patronal española e imputado por sobornar presuntamente al expresidente del Instituto Catalán de la Salud (ICS), Josep Prat, para posicionarse ante el concurso que se avecinaba.