El Ayuntamiento valora en 19 millones la Caja Mágica, que costó 300
El inacabado Centro Acuático, con 54,5 millones invertidos, ha sido tasado en un tercio
El exalcalde de la capital Alberto Ruiz-Gallardon (Partido Popular, 2003-2011) encomendó a la empresa pública Madrid Espacios y Congresos (Madridec) la construcción de algunas de sus obras más emblemáticas, puesto que su deuda no computaba como municipal en el registro del Banco de España. Tres de esas grandes infraestructuras han resultado ruinosas, hasta el punto de que el valor económico que el Ayuntamiento les atribuye es muy inferior al coste de la obra, según un informe de la Intervención General, fechado el pasado 12 de marzo, al que tuvo acceso EL PAÍS.
La Caja Mágica, la única acabada, fue presupuestada en 140 millones de euros y terminó costando 294. El Ayuntamiento le otorga sin embargo un valor de 19 millones. En el Centro Acuático, un esqueleto junto a La Peineta, se han invertido 54,5 millones; la tasación privada encargada por el Ayuntamiento valora la construcción en 19 millones. El frustrado Centro de Convenciones, un agujero junto al paseo de la Castellana, ha costado 82,8 millones. El Ayuntamiento asigna a la parcela un valor de 25,7 millones, frente a los 79 millones en los que valoró el suelo Madridec. Esta empresa pública quebró en 2013, ocasionando una pérdida de 118,3 millones al Ayuntamiento.
Quiebra y disolución. Madridec, cuya actividad principal era, según el Ministerio de Hacienda, la explotación de instalaciones inmobiliarias, quebró y fue disuelta el 31 de diciembre de 2013.
El Ayuntamiento (gobernado por el PP desde 1991) aseguró que su viabilidad se vio “comprometida por el importante esfuerzo inversor en infraestructuras”.
118 millones de pérdidas. Al quebrar Madridec, el Ayuntamiento asumió su deuda, infraestructuras y proyectos inacabados. Se apuntó unas pérdidas totales de 118,3 millones de euros, que según fuentes municipales responden a la aplicación de criterios contables diferentes entre el Ayuntamiento y la empresa pública. Al traspasar los bienes inmuebles se revisó su valoración, lo que supuso una minoración patrimonial de 86,6 millones de euros.
Centro Acuático. Madridec asumió la construcción del Centro Acuático en 2006. Ubicado junto al estadio de La Peineta, debía tener aforo para 15.000 espectadores para albergar las pruebas de natación de unos Juegos Olímpicos que nunca llegaron. Su presupuesto inicial fue de 136,7 millones, pero en abril de 2011, cuando se decidió la “suspensión temporal de la obra” por “las circunstancias económicas y las políticas de recorte de gasto”, ya se había elevado a 192,5 millones (un 41%).
En total, el Ayuntamiento heredó un conjunto de contratos vigentes que ascienden a 181,3 millones de euros. La alcaldesa, Ana Botella, ha insistido en que la obra no se concluirá como estaba proyectada, por lo que los contratos tendrán que modificarse o cancelarse, previo acuerdo o pago de compensaciones.
Madridec invirtió en total 54,5 millones de euros de dinero público en la construcción del Centro Acuático. Sin embargo, su valor de mercado asciende ahora a 23,5 millones (19 millones por la construcción y 4,4 millones por el suelo), según la tasación realizada para el Ayuntamiento por Gestión de Valoraciones y Tasaciones SA.
En su informe, la Intervención cuantifica una provisión de 92,3 millones para “adecuar la contabilidad municipal a los datos del balance de la empresa” pública. Considera que la minusvalía es “puramente contable” dado que el carácter público del inmueble (es decir, como no se va a vender, no se podrá comprobar que vale mucho menos de lo que costó).
El ‘agujero de la Castellana’. El Ayuntamiento cedió a Madridec en diciembre de 2010 la parcela junto al paseo de la Castellana, a la altura de las cuatro torres, en la que planeaba construir el Centro Internacional de Convenciones. Tan sólo se han realizado las obras correspondientes a la estructura bajo rasante; el proyecto como tal se ha abandonado, y el gobierno municipal planea licitar en breve la parcela para darle un uso comercial.
El valor del suelo que figuraba en los libros de Madridec asciende a 79 millones de euros; el Ayuntamiento se ha adscrito la parcela con un valor de 25,7 millones. La inversión total llevada a cabo asciende, según el informe de la Intervención, a 82,8 millones.
La Caja Mágica. Inaugurada en 2009 en el distrito de Usera, era la “joya de la corona” del proyecto olímpico. La obra se inició en 2006 con un presupuesto de 139,8 millones. El coste final ascendió a 294 millones. Tras varios intentos frustrados de explotación (albergó incluso una escudería de fórmula 1), Madridec admitió: “No logra la cuota de mercado que le correspondería, está en un lugar inconveniente y su mantenimiento es carísimo”.
El informe de la Intervención cifra en 213 millones la inversión realizada por Madridec (el resto habría corrido a cargo del Ayuntamiento), pero valora la infraestructura construida en 19,2 millones porque es “el valor neto registrado en el momento de la cesión”. El suelo, según estaba inscrito en los libros de contabilidad de la empresa, vale 28 millones.
“Si se vendiera, sería a precio de mercado”
El Ayuntamiento ha explicado a EL PAÍS que el informe de la Intervención “concilia el balance” de Madridec con la contabilidad municipal, “explicando de dónde viene la diferencia” entre el patrimonio que supuestamente debería recibir con el que realmente le llega. Según fuentes del área de Hacienda, esa diferencia “proviene, en líneas generales, de un tratamiento contable diferente”.
Así, las pérdidas que refleja la Intervención por la quiebra de Madridec no serían “una minusvalía patrimonial propiamente dicha, sino minusvalía contable”.
Respecto a la revisión a la baja del valor de los inmuebles, se debe, según a estas fuentes, a que el Ayuntamiento está obligado legalmente a “contabilizar su precio de adquisición original y no el valor que viene recogido en el balance de la sociedad”. Hay que precisar sin embargo que la Caja Mágica, el Centro Acuático y el Centro de Convenciones no fueron adquiridos sino construidos directamente por Madridec.
Las fuentes municipales citadas aseguran, por su parte, que “si en un futuro alguno de estos inmuebles pudiera enajenarse, se valoraría a precios de mercado, y entonces afloraría la pérdida o el beneficio que corresponde”. Pero el Ayuntamiento ya tiene la tasación de mercado de al menos uno de ellos y es indicativa: el Centro Acuático vale 19 millones aunque, inacabado como está, ya ha costado 54,5 millones.
El Ayuntamiento niega que se haya producido “ninguna operación de cirugía financiera”. Sin embargo, el Tribunal Superior de Justicia ha detectado “incumplimientos de los principios contables” en la empresa pública.
Los magistrados anularon el año pasado el expediente de regulación de empleo aprobado en 2012 por Madridec, antes de su quiebra, al “desconfiar” de las cuentas aportadas por los responsables de la empresa. A su juicio, “no expresan su imagen real de la situación” y adolecen de “contradicciones sin resolver”. Según el tribunal, “el Ayuntamiento realizó una serie de operaciones de cesiones y adscripciones a Madridec de determinados bienes de propiedad municipal, registrándolos por los valores contables y no por los valores razonables”.
El concejal socialista Gabriel Calles asegura: “Si Madridec fuese una empresa privada, sus accionistas llevarían ante los tribunales por responsabilidad patrimonial al PP de Ana Botella, o de Alberto Ruiz-Gallardón. Esto no puede quedar en una reprimenda. Tienen que explicar por qué llevan años malvendiendo el patrimonio de los madrileños”, asegura el edil. El Grupo Municipal Socialista, que dirige Jaime Lissavetzky, “lleva meses exigiendo explicaciones. Ante este informe demoledor, deben asumir responsabilidades”, añade Calles.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.