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El Sergas reabre camas cerradas ante el colapso de las urgencias

El hacinamiento de enfermos se extiende por hospitales públicos de toda Galicia

“No es la gripe, es la mala planificación”. Profesionales sanitarios y colectivos sociales coinciden en denunciar la escasa previsión del Sergas ante el pico de enfermedades respiratorias que se producen invariablemente cada invierno y que en este, tras años de recortes, han provocado el caos en la práctica totalidad de los hospitales de la red pública. Colapsados por la avalancha de pacientes que ingresan sin camas disponibles, el Sergas reaccionó abriendo ayer en Vigo la tercera planta del policlínico Cíes al tiempo que seguía derivando pacientes al hospital privado de Nuestra Señora de Fátima. En Ourense ha abierto la cuarta planta del hospital Materno y la tercera del Nai, al tiempo que ha comenzado a remitir al comarcal de Verín a la población de A Limia. Profesionales del hospital ourensano han confirmado que, como denunció el comité de centros y negó el Sergas, escasea el material básico como apósitos o máscaras nebulizadoras y se han llegado a suprimir intervenciones quirúrgicas programadas en espera de camas disponibles. En A Coruña y Ferrol aún no se han tomado medidas, según los sindicatos.

 La gripe ha sido el detonante, pero para los colectivos sanitarios la situación de colapso evidencia que “no se sabe o no se quiere planificar de forma adecuada”. “Este año no es distinto a ningún otro”, sostiene el representante de la Plataforma en Defensa da Sanidade Pública de Ourense y trabajador en el hospital de esa ciudad Luis Álvarez. Sin embargo, asegura que la gerencia del centro no ha adoptado ni una sola medida para evitar el colapso. Tanto la CIG como el resto de sindicatos creen que Sanidade “sigue priorizando los resultados económicos por encima de los sanitarios y mantiene en esta época ajustes similares a los del resto del año".

Los sindicatos repiten el rosario de las “pérdidas” sanitarias: recortes en Primaria, práctica supresión de las ayudas para la dependencia y menos personal facultativo. Los ingredientes se ceban en provincias como la de Ourense, altamente envejecida. “Saben que esta situación de caos durará 15 o 20 días, así que aguantan como pueden la crisis a costa de trabajadores y pacientes y confían en que después nadie se acuerde”, sostiene Álvarez.

El secretario de Sanidade de CC OO en Vigo, Ángel Cameselle, coincide en el diagnóstico. Según sus datos, a primera hora de la mañana de ayer había 45 pacientes pendientes de cama hospitalaria en Vigo (29 en el Meixoeiro y 16 en el Xeral), motivo por el que “la gerencia se decidió a reabrir, sin informar a los trabajadores, la tercera planta del policlínico Cíes” que tiene 16 camas “aunque alguna de ellas no dispone de oxígenoterapia”. Pero CC OO alerta de que mientras unos pacientes comenzaban a ocupar esas camas, iban entrando otros por las puertas de urgencias.

En el Complejo Hospitalario Universitario de A Coruña (Chuac), en donde en verano de 2013 se suprimieron 25 camas “que ya no se repusieron”, la situación es similar. La presidenta de la junta de personal, María Seijo, sostiene que la situación de colapso es absoluta “y ni siquiera podemos contar con el nuevo servicio de urgencias abierto a bombo y platillo la primavera pasada porque no lo dotaron de camas ni de personal, así que tenemos un espacio de 4.000 metros cuadrados repleto de camillas donde se hacinan los enfermos”. En Ferrol, la junta de personal sostiene que el hacinamiento en urgencias es absoluto “pese a que cuando se absorbió el hospital Naval se dotó de material a una planta que nunca se puso funcionamiento”.

En medio del malestar generalizado, las disculpas entonadas el por el presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo, caen en saco roto. CC OO dice que no las acepta “mientras no se invierta en sanidad, se escondan las camas, no se reduzcan las listas de espera y se siga destinando a las privadas el dinero para contratar plantillas". La Asociación Galega para a Defensa da Sanidade Pública las rechaza también mientras enumera los recortes, en su opinión causantes del colapso actual: “Reducción de 460 millones en gasto sanitario, cierre de 275 camas hospitalarias y supresión de 2.094 plazas de personal sanitario”.

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