Incautados 224.000 juguetes peligrosos en comercios de Madrid

Nueve almacenes de Fuenlabrada, Pinto y Valdemoro estaban listos para distribuir en estas fechas navideñas más de 224.000 juguetes peligrosos en comercios de la región. Una operación conjunta de la Policía Municipal de Madrid y del Cuerpo Nacional de Policía ha permitido inmovilizar estos productos y detener a los responsables de las importaciones, en su mayoría proveniente de China. Las piezas incautadas podían explosionar, causar asfixia al romperse en pequeñas piezas e incluso permitir que los menores se tragaran las pilas botón dado su fácil acceso.

Las investigaciones comenzaron por parte de las Unidades Centrales de Seguridad de la Policía Municipal, que requisaron bastantes productos a vendedores ambulantes del distrito de Centro, como la plaza Mayor, la Puerta del Sol o las calles Arenal y Celenque. En su mayoría eran productos importados que no cumplían con los registros necesarios ni habían sido homologados por la Unión Europea. Carecían por tanto de la marca CE. Los vendedores eran en su mayoría paquistaníes, afganos y chinos.

Los agentes llegaron tras interrogarles a varios almacenes del barrio de Lavapiés y de la zona de Embajadores. Allí es donde se proveían los vendedores ambulantes. Las investigaciones permitieron descubrir que estos intermediarios compraban los productos en el polígono industrial Cobo Calleja, en Fuenlabrada. Se pidió entonces la colaboración del Cuerpo Nacional de Policía, de la Agencia Tributaria y de la Inspección de Consumo de la Comunidad de Madrid.

Los agentes sometieron a vigilancia a siete almacenes de Fuenlabrada, a los que posteriormente inspeccionaron. En todos ellos hallaron peluches, pequeños juguetes y hasta punteros láser que incumplían las medidas de seguridad. La mayoría de estos productos estaban incluidos en la llamada Red Alerta que dispone el Instituto Nacional de Consumo y que se puede consultar en su página web. En ella se exponen todo tipo de productos que son peligrosos por diversos motivos.

En algunos casos incluso había 104.340 productos pirotécnicos que no había pasado ningún control por parte de la Guardia Civil, la encargada de vigilar su comercialización. “En algunos locales había tal cantidad de pirotecnia, que podría haberse creado una gran explosión en caso de un incendio o de una chispa fortuita”, ha explicado el sargento de la Policía Municipal de Madrid, José María Rodríguez.

Los agentes han detenido a cinco personas, cuatro de ellas por un delito contra la propiedad industrial y otro por quebramiento de una orden judicial. En concreto, ya fue imputado por una operación similar el año pasado y el juez le prohibió comercializar este tipo de productos. Cuando iba a ser arrestado en su comercio de la calle de Magdalena, intentó huir a la carrera.

El Servicio de Vigilancia Aduanera está comprobando ahora cómo han entrado todos estos productos y la forma en que se ha declarado la misma en la Unión Europea, ya que se ha podido cometer también un delito contra la Hacienda Pública e incluso de contrabando.

Las investigaciones llevaron hasta otros dos almacenes situados en Valdemoro y en Pinto. En el primero se decomisaron 125.000 productos y en el segundo, 43.000. “El trasfondo de este servicio, en el que ha funcionado de forma extraordinaria la colaboración entre las distintas Administraciones, es garantizar la seguridad de los menores, que en definitiva son los consumidores más pequeños que no pueden defenderse”, ha explicado el director general de la Policía, Ignacio Cosidó.

La llamada Operación Black Toys (juguetes negros) continúa abierta y no se descartan más incautaciones en otros puntos de la región o de las provincias limítrofes.