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Salud hinchó un 32% el servicio adjudicado a dedo al Sagrat Cor

El hospital subcontrató el servicio de rehabilitación a Codebi, que lo encargó a autónomos

Oriol Güell
Puerta principal del hospital Sagrat Cor, en Barcelona.
Puerta principal del hospital Sagrat Cor, en Barcelona.massimiliano minocri

La cadena de subcontrataciones en los servicios públicos de rehabilitación y logopedia en Barcelona oculta en sus extremos sendas historias de sobrecostes y precariedad laboral, según los documentos a los que ha tenido acceso EL PAÍS. La adjudicación directa —sin concurso— hecha en 2012 por el Servicio Catalán de la Salud (CatSalut) al hospital Sagrat Cor para prestar la asistencia en el distrito de la Esquerra del Eixample ha resultado ser un 32% más cara que el mismo servicio sacado a concurso público seis años antes. Un incremento que contrasta con los recortes aplicados en la sanidad catalana y que no ha repercutido en una mejora de la calidad asistencial o de las condiciones de los trabajadores. El Sagrat Cor, amparándose en una alianza estratégica —figura sin regulación especial y que tiene los mismos efectos que un contrato privado—, subcontrató la asistencia a la empresa Codebi BCN, que a su vez encargó los trabajos a profesionales autónomos.

El CatSalut, el Sagrat Cor y Codebi BCN declinaron ayer ofrecer su versión de los hechos, mientras los sindicatos CGT y CC OO cargaron con fuerza contra lo que entienden es un nuevo caso de “oscurantismo” y “favores a determinadas empresas” en la sanidad pública. Luis Sanmartín, secretario general de Sanidad de CGT, denuncia que “en este caso pierden casi todos y ganan solo dos”. “Pierden los contribuyentes, que pagan más por lo mismo. Pierden los trabajadores, obligados a hacerse autónomos. Y pierden los pacientes, que reciben una peor asistencia. Quienes ganan son solo dos empresas privadas”, denuncia Sanmartín. Carme Navarro, responsable de Sanidad de CC OO, lamenta que Salud “financie sin control servicios públicos y los deje en manos de intereses empresariales”.

La subcontratación de adjudicaciones públicas está prohibida por la normativa. Sin embargo, esto es lo que hicieron —al menos en la asistencia domiciliaria— los hospitales Sagrat Cor y Sant Rafael (en Horta-Guinardó) en la última adjudicación en 2012 de los servicios de rehabilitación y logopedia, según los documentos consultados. Ambos hospitales son privados, pero al estar integrados en la red pública —XHUP, en sus siglas en catalán— pueden obtener sin concurso este tipo de contratos siempre que no tengan intención de cederlos a terceras empresas. En 2012, sin embargo, los dos centros lo hicieron en favor de Codebi BCN, empresa que había perdido por los bajos resultados obtenidos todos los concursos a los que se había presentado.

Codebi está vinculada con la fundación sanitaria Fudinca

El CatSalut se negó ayer a informar del importe por el que contrató los servicios a los dos hospitales. Pero la comparación de las adjudicaciones de 2012 con las anteriores (llevadas a cabo en 2006) revela que el Sagrat Cor recibió hace dos años 952.000 euros para atender a la población de cinco áreas básicas de salud (ABS) del Eixample, un 31,8% más que los 722.000 euros que esas mismas ABS recibieron en 2006. Este diario no ha logrado los datos de la actividad contratada al Sant Rafael.

Las cuentas depositadas en el registro mercantil muestran que Codebi, con solo cuatro trabajadores, tampoco podía asumir en 2012 la actividad que le encargaron los hospitales Sagrat Cor y Sant Rafael. La empresa recurrió entonces a una nueva subcontratación de facto, al delegar la asistencia en profesionales adscritos al régimen de autónomos, según varios contratos fechados el 1 de junio de ese año.

“Es una cadena de subcontrataciones nunca vista en el sector y que deja a los trabajadores en una situación de gran vulnerabilidad”, explica un fisioterapeuta con 15 años de experiencia. “Es un fraude que Codebi BCN obligue a los trabajadores a hacerse falsos autónomos en contratos públicos de larga duración”, añade.

Codebi BCN es una empresa con larga trayectoria, pero que justo antes de las adjudicaciones de 2012 cambio de dueños. Su administrador es Pedro Salvador Cutillas, quien no ha contestado a las repetidas llamadas de EL PAÍS. Cutillas tiene lazos empresariales y personales con Lluís Cabado, hombre fuerte de la sanidad catalana y presidente de la Fundación de la Enfermeria de Cataluña (Fudinca). Cabado niega haber “cobrado de Codebi”, aunque admite “haber mediado en algunas negociaciones”. Fudinca y Codebi tienen la sede social en dos pisos vecinos de la avenida Meridiana de Barcelona. Cutillas también ha participado en varias empresas con familiares de Cabado, cuya hija es la responsable de logopedia en Codebi BCN.

Investigación@elpais.es

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Sobre la firma

Oriol Güell
Redactor de temas sanitarios, área a la que ha dedicado la mitad de los más de 20 años que lleva en EL PAÍS. También ha formado parte del equipo de investigación del diario y escribió con Luís Montes el libro ‘El caso Leganés’. Es licenciado en Ciencias Políticas por la Universidad Autónoma de Barcelona y Máster de Periodismo de EL PAÍS.

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