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La marcha a Rota pide un uso humanitario para la base militar

"No hay disparate mayor que combatir el ébola con armas", dice Antonio Maíllo (IU)

Participantes en la marcha contra la base de Rota.
Participantes en la marcha contra la base de Rota. román ríos (efe)

Tras años solicitando el desmantelamiento de la base militar y el regreso de los suelos al municipio, los organizadores de la marcha a Rota han matizado su discurso. Conscientes de que tienen muchos detractores entre los que siguen viendo las bases andaluzas como fuentes de empleo, ahora esta manifestación ya no pide eliminarlas sino convertirlas en sedes para operaciones humanitarias de ayuda internacional. "Trabajo y dignidad, sí. Negocio de la guerra, no", rezaba el lema de esta edición. La protesta, a pesar de la preocupación generada por las repercusiones que tendrá en la zona el uso de estos recintos militares en la lucha contra el ébola, no ha remontado en poder de convocatoria.

Medio millar de personas ha arrancado la manifestación en el parque Calderón en El Puerto de Santa María hasta finalizar a las puertas de la base en esta localidad. La protesta está lejos de los miles de asistentes que llegó a reunir en los momentos de mayor contestación a las bases, como, por ejemplo, durante la Guerra de Irak. Una de las razones es que la población del entorno de Rota sigue pensando que la base es fuente de riqueza y empleo. Durante los últimos años sus convocantes lo han negado pero han tenido que variar el discurso. "La base de Rota podría servir como un lugar desde el que se distribuyera la ayuda humanitaria que necesita África. Y eso podría también generar un impacto económico positivo en el entorno", ha explicado el dirigente ecologista Juan Clavero, asiduo a la Marcha a Rota en sus 29 años de historia.

Esa idea la sostiene también la portavoz de la plataforma convocante, Carmen Calzado: "El lema de este año incide en que el trabajo también es posible. No estamos en contra de las personas que trabajan en la base pero pensamos que el trabajo civil da más empleo que el militar. La base sostiene ahora mismo el negocio de las armas y por eso se crean guerras. Para que esas empresas ganen más dinero".

Diego Cañamero, líder del Sindicato Andaluz de Trabajadores, dice que el objetivo no ha cambiado. "Nuestro reto es que se vayan. No podemos tener dos lugares para la muerte (Rota y Morón) para la ocupación humillante de nuestro pueblo. A nosotros no nos importaría que hubiese aviones, helicópteros y hasta soldados pero siempre que sirvieran para resolver catástrofes en el mundo, para socorrer terremotos o cualquier cosa que le venga bien a la humanidad".

El líder de IU en Andalucía, Antonio Maíllo, ha dejado claro que el lema abanderado por su partido "OTAN no, bases fuera" sigue "intacto". Y ha ejemplificado su postura en el papel que las bases andaluzas desempeñan en la lucha militar emprendida por Estados Unidos en África contra el ébola. "Es un ejemplo más del vasallaje del Gobierno del PP". A su juicio, "no hay disparate mayor que combatir una enfermedad con armas".

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