Bernardo Atxaga e Idoia Estornés reciben el Premio de Literatura vasca
Iñigo Roque consigue el galardón Euskadi a mejor traducción literaria al euskera
"Recibir un premio, es una forma de aceptación". Bernardo Atxaga, uno de los más reconocidos y galardonados escritores vascos lo sabe bien. Nevadako egunak (Días de Nevada), mezcla de biografía, ficción y relatos oníricos alrededor de su estancia estadounidense, se ha convertido en su cuarto Premio de Literatura Euskadi, esta vez en la categoría de libros en euskera, donde ya triunfó en 1989 con Obabakoak. "Estoy atado al euskera. Cuando un autor da la espalda a su lengua, pierde algo. Eso le ocurrió a Terenci Moix".
Tejiendo 'Nevadako egunak'
"Como dijo Rafael Sánchez Ferlosio, yo no hago pantalones o jerseys, solo coso o tejo", así explica Bernardo Atxaga la mezcla de géneros de Días de Nevada, por la que el jurado ha destacado su texto: "En la narración fluyen con toda naturalidad estilos narrativos de muy diversas direcciones y procedencias, tal como hizo en Obabakoak, pero en esta ocasión, resultan especialmente reseñables los sugerentes puentes metafóricos empleados para relacionar los ficticios sucesos de nevada con el recuerdo del tiempo pasado y lo onírico".
"Ahora tengo más libertad que cuando empecé. Entonces tenía la preocupación de qué en género escribía. Si era una novela o un cuento. Un niño o una niña". Atxaga, el seudónimo de José Irazu Garmendia (1951, Asteasu), reconoce que solo escribe ya desde la "experiencia", sobre lo que "conoce profundamente". Algo que le da más "autoridad" a su obra.
El escritor logró con Obabakoak, que también fue premio nacional de narrativa, su primer Premio Euskadi en 1989; a los que sumó en 1997 el galardón por Xola eta basurdeak, por su aportación a la literatura infantil y juvenil, y, en 1999, el correspondiente a literatura en castellano por Lista de locos y otros alfabetos.
De un viaje a a Norteamérica a un viaje desde Sudamérica. Una autobiografía muy distinta, Cómo pudo pasarnos esto de Idoia Estornés Zubizarreta se ha erigido con el galardón literario Euskadi en castellano. Esta historiadora nacida en el exilio en Santiago de Chile cuenta en primera persona una "crónica generacional" sobre cómo se enfrentó como "chilenisima con padres nacionalistas" a la España de los sesenta. "Escribe —sin pretenderlo aparentemente— una crónica general de la cultura vasca en el último medio siglo. Un libro importante, riguroso, desprejuiciado y honesto", aplaude el jurado.
"Recuperé los diarios y notas escritas entonces, para tratar de narrar cómo me veía como exiliada un país del que había asumido muchas cosas", ha explicado mezclando el euskera y español esta escritora de 74 años que ha pasado gran parte de su carrera actualizando y redactando la Enciclopedia Auñamendi. "Cuando me jubilé en 2005, me dediqué a recuperar proyectos como este. Escribir en primera persona me dio miedo. Estuve revisando y reeescribiendo hasta 2010. La primera vez que dejé que lo leyeran, me dio tanto pudo como cuando me puse mi primer biquini", reconoce, "Pero el premio ha sido un rechute. Ya estoy preparando el segundo".
Ambos recibirán un premio de 18.000 euros, más 4.000 euros si los libros se traducen a otras lenguas, de mano del Gobierno vasco. La misma cantidad, pero sin el extra, obtendrá Iñigo Roque Eguzkitza (Portugalete, 1976), que ha sido premiado con la Mejor traducción al Euskera por su trabajo en A ordem natural das coisas (Gauzen orden naturala) del portugués António Lobo Antunes, por, como asegura el jurado, superar "con maestría" la adaptación de un texto "enrevesado y con dificultades formales, empleando las libertades y riesgos que han de asumirse".
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