“Los gobiernos deben asumir el espíritu del capital riesgo”

Roberto Velasco, catedrático de Economía Aplicada de la UPV y autor de Las cloacas de la economía, apuesta ahora en su nuevo libro Salvad a la Industria Española, (Editorial Catarata) por dejar a un lado la terciarización de la economía para apostar por reindustrializar Euskadi, España y Europa.

Pregunta. ¿Después de esta crisis es posible una reindustrialización relativamente rápida?

Respuesta. Si, se puede hacer, no hay procesos inexorables y más si hay colaboración público privada decidida. La industria ha pasado por fases de hundimiento, y se ha levantado. Ahora cae especialmente en el País Vasco. Entre 2009 y 2013, ambos incluidos los registros de producción de la industria vasca han sido peores que la media nacional. Pero eso es coyuntural. Yo he visto crisis de la industria vasca desde la primera línea, cuando había 12.500 personas en Altos Hornos, que se convirtieron en 350 y esos hacen más acero y mejor que el que hacían los 12.500. En diez años perdimos la mitad del empleo industrial. De ahí me viene la admiración al industrial vasco, se caen y se levantan. Han aguantado lo que no está escrito, incluida ETA, y un sindicalismo nacionalista muy fuerte que todavía hoy presiona en exceso, y siguen adelante, convencidos.

P. Sin embargo usted apunta en el libro que el País Vasco está demostrando una cierta impotencia en políticas innovadoras de producto.

“Habría que apoyar las fusiones con políticas fiscales decididas”

R. Si, concluimos que el principal problema de la industria española es la productividad y la productividad depende del contenido tecnologico de los bienes que se producen en la industria. Además, el 46% de la industria es de transformado metálico, es decir, todavía tenemos una afinidad excesiva a ese sector y no acabamos de salir de ahí. La diversificación es fundamental. Es cierto que hemos construido un sector aeronáutico que tiene el 25% del sector nacional, y que nos hemos adentrado en las bioindustrias, en la nano tecnología... Pero es insuficiente, sigue siendo un déficit.

P.¿Reindustrializar es compatible con perder empleo?

R. En principio, si, pero no tiene por qué. El empleo no solo depende del tejido industrial sino de la productividad de ese tejido. Para producir las mismas cosas cada vez hace falta menos mano de obra, pero yo hablo de reindustrializar creando empleo. La UE se marca el objetivo de lograr que la industria aporte el 20% del PIB, en Euskadi tenemos un 21%.

P.¿Y en esa reindustrialización, donde hay que destinar los recursos públicos?

R.Los Gobiernos han de ser activos en la promoción de ideas, asumiendo el espíritu inicial del capital riesgo. El actual capital riesgo, de riesgo tiene poquísimo. La sociedad pública que depende de la Spri aplica la política de la regadera. En Estados Unidos va a crear una serie de puntos en 15 ó 20 Estados en los que van a estar la Nasa, el Gobierno federal y también los empresarios privados. Todos apoyando y sacando ideas. La mayor parte de los grandes avances han tenido siempre participación del Estado.

P. ¿Es decir discriminación positiva a la industria?

R. Hemos pasado un par de décadas en las que parecía pecado mortal pensar que el Gobierno tenía que intervenir en algo. En Europa, la Política Industrial ha vivido a la sombra de la política de Competencia.

P. ¿Incluso se han potenciado los servicios frente a la industria no?

R. Esa es una historia para no dormir. Es evidente que hay una terciarización de la economía, pero sin la industria desaparecerían todos los servicios asociados, la I+D, gran parte del desarrollo tecnológico y la difusión del conocimiento, es decir, gran parte de la generación estable de riqueza. Los servicios son muy difíciles de internacionalizar.

P. Habla como un agitador de la intervención pública, de la industria...

R. Entiendo que esto pueda ser criticado porque hemos pasado de una época en la que el triunfo era de lo privado. Pero los problemas micro no se resuelven con sobredosis de políticas macro. Es evidente que viene bien controlar los parametros como la inflación, que el déficit no se desvíe, pero la industria es un problema de los industriales, de los empresarios y de la colaboración, cada vez más, público privada.

P. Esta nueva revolución industrial ¿se puede afrontar con las actuales condiciones del mercado laboral?

R. La relación entre el mercado de trabajo y la innovación no es neutral. Es una tesis rompedora y que comparto de Felipe Serrano y Amaia Altuzarra. Era imposible avanzar con un mercado rígido como el que había, las reformas han ido en la buena dirección, pero no tanto en lo que respecta al abaratamiento de los despidos, sino en la capacidad para organizarse de forma flexible en el interior de las empresas. Tiene que haber flexibilidad interna pero de forma paralela a unos salarios adecuados a las exigencias actuales.

P. ¿Usted comparte que las empresas vascas son excesivamente pequeñas?

R. Absolutamente porque frena la innovación y la exportación. Habría que impulsar las fusiones con políticas fiscales decididas e incluso con ayudas directas. La media de empleo en las pyme españolas es de 3,6, en Alemania 8 y en el País Vasco, 5.