“En los nuevos barrios no se crea ciudad”
Acaba de recibir en Italia el Premio Piranesi, que ya galardonó a Moneo, Chipperfield y Eisenman
José Ignacio Linazasoro (San Sebastián, 1947) es un exponente de la arquitectura de autor no contaminada por el estrellato. Su obra, versada hacia la esfera pública, ha consistido en idear edificaciones como la Biblioteca de la Universidad Nacional de Enseñanza a Distancia, en la Ciudad Universitaria de Madrid, considerada canónica en su género, al igual que rehabilitaciones de alcance, como las de las Escuelas Pías, en el madrileño barrio de Lavapiés. Catedrático de Proyectos de la Escuela Superior de Arquitectura de Madrid desde 1988, fue el ganador, con Ricardo Sánchez, del concurso para la rehabilitación de la Puerta del Sol de Madrid. Sus contrucciones proliferan asimismo en e País Vasco y en Francia. Por la entidad de su obra este verano le ha sido concedido en Roma el prestigioso Premio Piranesi de Arquitectura 2014, a la Trayectoria Profesional, en su duodécima edición, organizado por la Accademia Adrianea di Architettura e Archeologia en colaboración con la Orden de Arquitectos de Roma, que reconoce la excelencia en el campo de la arquitectura y la arqueología. En anteriores ediciones recibieron el mismo premio Rafael Moneo, Peter Eisenman y David Chipperfield, entre otros arquitectos de nombradía universal. Con Linazasoro ha conversado EL PAÍS en su estudio madrileño del barrio de Salamanca.
Pregunta. ¿Cuál ha sido el criterio principal que ha guidado su obra arquitectónica?
Respuesta. La convicción de que la Arquitectura hace ciudad y que ha de introducirse en el entorno. Se trata de adentrarse silenciosamente en él y no con aspavientos, tanto en la obra de nueva planta como cuando se opera sobre lo construido.
P. ¿Cómo consigue armonizar la arquitectura preexistente con la innovación arquitectónica?
R. Creo que hay varios puntos de apoyo: es muy importante la escala, para medir lo que se hace mediante el análisis del entorno. Asimismo, lo es la introducción de un material que armonice con ese ámbito circundante y luego, aunque menos importante, el lenguaje, que ha de mostrar que se trata de una intervención contemporánea y no mimética con relación a las formas arquitectónicas del pasado.
P. ¿A qué causas, razones o sinrazones, ha obedecido la proliferación de la llamada arquitectura-espectáculo?
R. Ha sido promocionada por muchos políticos e instituciones en busca de una visibilidad excesiva y, en ocasiones, ha llegado a confundir la imagen con la buena arquitectura.
P. ¿Cuál ha sido la contribución real de los llamados arquitectos-estrella a la imagen actual de la Arquitectura?
R. Habrá que verla con el tiempo; pero en general, salvo excepciones, no ha sido muy positiva ya que ha generado más caos urbano del que había; además, ha confundido lo que es buena arquitectura con lo que son aspavientos o fuegos de artificio; aparte, claro está, del notable despilfarro económico que ha supuesto todo ello.
P. ¿Es viable una arquitectura desvinculada al completo de la imagen y del poder en sentido amplio?
R. Pienso que cada época tiene su arquitectura. No estamos en tiempos del Barroco ni del Antiguo Régimen, durante los cuales la Arquitectura era una expresión directa del poder. Creo que en una sociedad democrática, la Arquitectura debe ser una manifestación de las instituciones democráticas y representarlas, pero no al modo populista.
P. ¿En qué medida y en qué sentido, el reventón de la burbuja inmobiliaria ha afectado o puede afectar al estado actual de la Arquitectura?
R. La burbuja inmobiliaria no afectó a la buena arquitectura, que quedaba excluida de sus planes y no ha estado vinculada a ella. Bajo su dominio, la proporción entre la buena arquitectura y la construida era mínima. Sin embargo, la Arquitectura de calidad se soportaba en el encargo público, que hoy casi no existe debido a la crisis económica.
P. Su obra se halla muy vinculada a Madrid. ¿Cuál es su especificidad?
R. En Madrid he hecho sobre todo obra pública, construcciones vinculadas con instituciones de la Cultura y la Educación, aunque también otras como la iglesia de Valdemaqueda.
P. ¿En qué situación se encuentra, a su juicio, la arquitectura madrileña hoy?
R. Creo que Madrid tiene muy buenos arquitectos y es quizá uno de los lugares de Europa donde es mayor la densidad de profesionales de alto nivel. Pero ello no se corresponde con las oportunidades. En síntesis, hay mejores arquitectos que oportunidades.
P. ¿Dónde se halla aquí el principal problema y dónde cabe poner el principal remedio?
R. Es un tema complejo. Los mayores fallos se encuentran en el urbanismo, porque en los nuevos barrios, no se generan espacios urbanos nuevos; esos barrios están separados por autopistas y quedan aislados entre sí de tal manera que su articulación no se produce y, en definitiva, no se crea ciudad.
Bajo la burbuja inmobiliaria la proporción entre la buena arquitectura y la construida era mínima
P. ¿Cree, o no, que ha desaparecido el colectivo de los arquitectos como referencia eficaz de la sociedad civil madrileña?
R. El Colegio de Arquitectos intenta llegar a la sociedad a través de proyectos como Piensa Sol, que ha consistido en una propuesta de reflexión para la sociedad madrileña. Otra cosa es que las autoridades hagan o no caso a esas propuestas.
P. Usted ganó el concurso de proyectos para la Puerta del Sol. ¿En qué estado se encuentra?
R. De momento, no se ha movido mucho. Hemos tenido algún contacto, pero no puedo decir mucho más.
P. ¿Cree que el cliente privado e institucional de arquitectura en Madrid, se ha cualificado o se ha devaluado en la última década?
R. Las instituciones dedican hoy menos presupuesto a las intervenciones arquitectónicas públicas; y respecto a los clientes privados, los encargos de calidad eran más habituales hace cincuenta años y había clientes que encargaban obras maestras de la arquitectura española y madrileña.
P. ¿Cuál es la síntesis de sus propuestas como arquitecto?
R. Creo que hoy no vivimos tiempos para expandir más aún la ciudad sino que necesitamos construir sobre espacios construidos y poner orden en el desaguisado hecho durante los años de la burbuja inmobiliaria. Para ello deberíamos incrementar las rehabilitaciones y no generar más suelo urbano.
P. ¿Qué piensa del paisaje como vector arquitectónico?
R. Esta es una de las asignaturas pendientes en España, que solo la Arquitectura puede resolver. Las periferias de las ciudades españolas están muy degradadas. Sin embargo, a diferencia de Francia o Italia, donde casi todo está construido, en España quedan muchos paisajes aún vírgenes.
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