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Reportaje:

Las ruinas reviven en Lavapiés

Madrid recupera, para la Universidad a Distancia, los muros y la planta de un templo del siglo XVIII

Madrid figurará pronto entre las ciudades europeas que han hecho revivir sus ruinas artísticas con la instalación, en su seno, de edificios nuevos de uso social ciudadano. El barrio de Lavapiés será el pionero de esta iniciativa. Renacimiento monumental y dotación de servicios forman parte de un plan arquitectónico que obtuvo la bendición municipal el pasado mes de junio y ahora se encuentra ya en la línea de despegue.El proyecto, ideado por el arquitecto José Ignacio Linazasoro, persigue la recuperación estética del templo de las Escuelas Pías, una robusta construcción del barroco madrileño tardío que data de 1760. Avalado por la Gerencia Municipal de Urbanismo y gestionado por la Universidad Nacional de Educación a Distancia (UNED), destinataria de la futura edificación, el plan incluirá la transformación completa de la plaza de Agustín Lara y su corrala contigua, cuyos accesos y pavimento serán mejorados.

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Desdentada elegancia

El barrio de Lavapiés, uno de los de mayor congestión automovilística de todo Madrid, dispondrá allí de un estacionamiento subterráneo para residentes, también de pago, de hasta cuatrocientas plazas en cuatro plantas.

El techo del estacionamiento aflorará sobre el suelo de la plaza conservando su propia estructura de cubierta, decorada a su vez con una superficie ajedrezada con adoquín portugués, semejante al mármol, limpio y elegante. Lucernarios a modo de conchas de teatro, pero de forma rectangular, trasegarán el paso de luz solar hacia el subterráneo, de día; y de iluminación eléctrica hacia la plaza, de noche.

La superficie así tratada ocupa un cuadrado de unos sesenta metros de lado. Sobre el frente de la plaza perduran las ruinas de las Escuelas Pías, que serán adecentadas.

Atribuido a un arquitecto del siglo XVIII de nombre Francisco Ruiz, el recinto monumental aún conserva en pie un gran muro en codo, y alza robustamente -a unos treinta metros de altura- una torre sobre la plaza con un espléndido cimborrio hueco, con anchos medallones por ventanas, pegado en su base a una nave. Para empezar, el cimborrio de la torre circular será respetado, dejando al aire su parte superior y cubriendo con una estructura de madera, revestida de cobre, el hueco en su parte alta.

Una sala de lectura abarcará la zona circular bajo el cimborrio y se prolongará a lo largo de la nave de la que fuera iglesia contigua a la torre.

El arquitecto ha previsto albergar en el templo y la nave una biblioteca para unos 20.000 volúmenes y una sala de lectura, de cubierta diagonal descendente hacia la fachada que da a la plaza, rematada además por un techado de cobre con diez lucernarios.

En su interior, el cobre se corresponde con una bóveda de vigas de madera segregadas que configurará un umbráculo.Éste difuminará interiormente la luz y facilitará la lectura y el recogimiento. Contará con una sala de préstamo de libros y un acceso desde la fachada, en ladrillo.

Otra de las utilidades del proyecto será el aulario, un cuerpo de edificio situado tras la nave de la iglesia, con cuatro plantas, que albergará una docena de aulas por cada piso.

Unos ochocientos estudiantes podrán asistir a clase dentro del nuevo centro asociado de la UNED allí instalado. El coste del proyecto se cifra en 450 millones de pesetas para el aulario y la biblioteca; y en una cantidad próxima al doble, para el estacionamiento y la plaza.

"Se trata de recuperar las ruinas manteniéndolas en su integridad, sin plantear una reconstrucción, a la manera en que los monumentos romanos fueron reutilizados en la Edad Media", explica el arquitecto del proyecto.

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