Las sospechas no aclaradas
El expresidente de la Generalitat se ciñe al comunicado en el que confesó y evita contestar la multitud de preguntas con que le bombardeó la oposición
Jordi Pujol, expresidente de la Generalitat, dejó sin contestar en su discurso de 30 minutos y en su furibunda reacción posterior todas y cada una de las preguntas que le formularon todos los grupos de la oposición. El fundador de Convergència dejó en el aire multitud de interrogantes. Su conducta molestó a todos los partidos, incluido Esquerra Republicana. La CUP abandonó la comisión al no ver atendido ninguno de sus requerimientos. Y Ciutadans elevará la intervención de Pujol a la Fiscalía. Estas son algunos de las preguntas sin respuesta.
Una confesión forzada. Gema Calvet (ERC) le planteó a Pujol si se vio forzado a confesar la evasión fiscal de su familia el 25 de julio tras la publicación en el diario El Mundo de que su familia tenía depósitos en Andorra. Pujol no contestó y solo admitió que la oposición no superaría las recriminaciones que se hace a sí mismo sobre el caso.
Un testamento inexistente. La oposición exigió a Pujol ver el testamento que acredita que Florenci Pujol le legó una fortuna en el extranjero de 140 millones de pesetas en dólares. Esa fortuna no estaba declarada por lo que, en realidad, ese documento no existe. Pujol solo se refirió a un escrito que su padre Florenci legó a Marta Ferrusola en el que decía: “Para el día que Jordi, tu y vuestros hijos os tengáis que ir”. Pujol dijo que su padre temía que su compromiso político le enviara al exilio. Leyó fragmentos del manuscrito que no exhibió.
Las comisiones ilegales. La oposición lanzó sospechas de que la fortuna en realidad se amasó a través del tráfico de influencias. Joan Herrera (ICV-EUiA) recordó el favoritismo de que disfrutó en la era Pujol la empresa de jardinería de Marta Ferrusola o el cobro de supuestas comisiones ilegales. Toda la oposición le interrogaron sobre si estaba al corriente de esa maquinaria. Herrera afirmó que podría preguntarle sobre una decena de casos sospechosos. Indignado con la insinuación, Pujol replicó airado gritando que estaban abonando un “fraude moral”. Jordi Turull (CiU) etiquetó la conducta del resto de grupos de linchamiento. A Albert Rivera (Ciutadans) le acusó de actuar como un “justiciero” y a Alicia Sánchez-Camacho (PP) de ir hasta el límite de la “hipocresía política” porque se ha negado a comparecer en el Parlament por el caso Método 3. Dos de los hijos de Pujol están imputados —Jordi y Oriol— y sus letrados le aconsejaron ajustarse en su comparecencia estrictamente al comunicado. Lo mismo que hizo CiU. Un familiar de línea directa esta exento de declarar en contra de sus parientes.
La evolución de la fortuna. Miquel Iceta (PSC), el más suave de toda la oposición, quiso saber la evolución del patrimonio de la familia Pujol desde que llegó a la presidencia de la Generalitat (1980) hasta que se fue (2003). No hubo respuesta. Pujol solo mencionó la cifra equivalente en dólares a 140 millones de las antiguas pesetas. Y a que los fondos depositados en Andorra eran de 4,8 millones de euros, tal y como ha acreditado la banca de ese país.
34 años sin declarar. El 25 de julio, Pujol reconoció en su comunicado que su familia no había encontrado el momento de legalizar su fortuna pese a que en tres décadas tuvo oportunidad de hacerlo. La última vez con la amnistía fiscal del Gobierno de Rajoy. En su discurso, no mencionó ese olvido. Solo señaló que una decisión, tomada en un segundo, puede cambiar una vida.
Cuentas en el extranjero. Pujol tampoco contestó a preguntas de la oposición sobre si tenía más cuentas en el extranjero. Calvet (ERC) le recriminó que no hubiera despejado ese interrogante.
Financiación ilegal. La sombra de la financiación ilegal de Convergència también planeó en la sesión. David Fernández (CUP) oreguntí a Pujol: “¿Se ha financiado irregularmente Convergència?”. El diputado asegura que un consejero nacional de CDC confesó semanas atrás a una delegación internacional que el partido se había financiado ilegalmente gracias a un método que le enseñó el PSOE. Pujol no contestó.
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