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Bellvitge mantiene cerrada una planta que debía abrir el pasado lunes

Los empleados temen que el retraso en la reapertura de 22 camas sea una clausura definitiva

Jessica Mouzo
La planta 12.2 del hospital de Bellvitge, antes de ser cerrada
La planta 12.2 del hospital de Bellvitge, antes de ser cerradaMASSIMILIANO MINOCRI

El hospital de Bellvitge ha incumplido el calendario de reapertura de camas previsto tras el cierre masivo de plazas en julio y agosto. El centro sanitario, perteneciente al Instituto Catalán de la Salud (ICS), mantiene cerrada una unidad de 22 camas en la planta 12. Según la planificación de verano, este servicio tendría que haber sido reabierto el pasado 15 de septiembre. Los trabajadores temen que este retraso esconda la intención de dejar sin servicio la planta de forma definitiva.

En un principio, el cierre de la unidad 12.2 no estaba contemplado en el calendario estival firmado por la dirección del hospital. En el documento oficial, que recoge el cierre de unas 200 camas, se preveía dejar sin servicio la unidad del otro lado del pasillo, la 12.1. Sin embargo, el revuelo causado en julio y agosto por el cierre de camas –el Departamento de Salud llegó a clausurar más de 3.000 camas en agosto- y la resistencia de pacientes y trabajadores, que se amotinaron en las plantas para evitar los cierres, obligó al hospital a mantener abierta la unidad 12.1 y dejar sin servicio, en su lugar, la 12.2. La reapertura estaba prevista para el pasado lunes pero las 22 camas de la planta continúan cerradas a cal y canto.

Con el fantasma de la clausura de plazas de forma definitiva después del verano –las últimas plantas del edificios e convirtieron en despachos y el número de camas disponibles pasó de 900 en 2009 a 620 en 2014-, los trabajadores del hospital temen que la unidad 12.2 tampoco se vuelva a abrir. “Digan lo que digan, en Bellvitge hacen falta camas. Las que hay son insuficientes para la población que atendemos”, denuncia el presidente de la Junta de Personal, Ramón Montoya.

Pero ésta no es la única unidad que va con retraso según el calendario previsto. La planta 6 también tardó dos días más de lo que se esperaba en entrar en funcionamiento. Aunque se preveía su apertura para el 15 de septiembre, la unidad se abrió finalmente el pasado miércoles.

“Estamos hartos de que nos digan que se cierra una planta por obras menores y no se reabran nunca más”, protesta Montoya. El enfermero se refiere a dos unidades, de la planta 5 y la planta 7, que se clausuraron en 2013 y el pasado mayo respectivamente y, a día de hoy, todavía están sin servicio. “Es importante tener presente que ambas unidades siguen manteniendo su dotación de equipamientos porque puede darse la necesidad de abrirlas por un incremento de los ingresos procedentes del área de urgencias”, tranquilizó un portavoz del hospital. El centro ha reconocido que “no hay ninguna fecha concreta de apertura” para estas unidades, pero ha asegurado que “la dirección ve probable que la apertura de al menos una unidad será necesaria durante los meses de invierno”. Asimismo, el hospital ha asegurado que, dentro del plan previsto, ya ha abierto el 100% de las camas para enfermos críticos.

Pese a que la Junta de Personal informó el viernes que 12 personas esperaban ingresados en urgencias una cama en planta, Bellvitge ha insistido en que tienen habitaciones libres y disponibles para hospitalizar a los pacientes que lleguen al centro sanitario. “Tener abierta una unidad de hospitalización cuando no es necesaria para la actividad del hospital tiene un coste mensual aproximado de 150.000 euros”, justificó el hospital.

Los trabajadores denuncian también que el diálogo con la dirección del centro es “nulo” y han dirigido una carta al gerente del centro para “restablecer el diálogo”. En la misiva, la Junta de Personal también ha exigido explicaciones sobre la situación contractual de los empleados del centro, los presupuestos del hospital, el desvío de pacientes a otros centros de titularidad privada y las irregularidades desveladas a EL PAÍS por un extrabajador de Bellvitge en el servicio de radiodiagnóstico.

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Sobre la firma

Jessica Mouzo
Jessica Mouzo es redactora de sanidad en EL PAÍS. Es licenciada en Periodismo por la Universidade de Santiago de Compostela y Máster de Periodismo BCN-NY de la Universitat de Barcelona.

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