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La sombra corrupta de Pujol

La oposición reclama firmeza a Mas para esclarecer el alcance de la confesión

Joan Herrera, líder de ICV.
Joan Herrera, líder de ICV.albert garcia

Si Artur Mas orilló por completo la palabra corrupción en su discurso del lunes, la oposición se encargó de sacar el tema en la segunda jornada del debate de política general y exigirle contundencia, en especial con Jordi Pujol por confesar que ocultó una fortuna durante 34 años.

Miquel Iceta fue contundente y se remontó al caso Banca Catalana, de hace 30 años. CiU lo utilizó como “una vacuna” para “estender un velo” sobre presuntos casos de corrupción que las instituciones catalanas no han detectado, afirmó. “Nos lo han tenido que decir otros y eso es un grave problema de Cataluña”, adviritió. El líder del PSC preguntó varias ocasiones a Mas si había dado “instrucciones” para investigar las informaciones sobre los negocios privados realizados al amparo de la Generalitat y que pudieron beneficiar a la familia Pujol. No hubo respuesta.

Joan Herrera, líder de ICV, recordó que el fundador de CiU estuvo décadas dando lecciones de ética y de moral. Ahora ha llegado el momento, cree, de que Mas se desmarque de ese discurso y “tenga toda la contundencia necesaria con su conocido”, en referencia a Jordi Pujol. Por eso reclamó que la Generalitat se persone como acusación particular en la Audiencia Nacional. “No es un caso familiar como dijo, sino una confesión tramposa” de una persona cuyos familiares “han actuado como un clan”.

El presidente de la Generalitat quiso marcar distancias con su padre político. “A mi me han nombrado los catalanes, no Jordi Pujol”. Después insistió en que es el primer interesado en que el exmandatario acuda al Parlament a dar explicaciones. Cuando eso pase, reiteró que él también irá a la comisión de investigación que se creará en octubre. “A mí me han de juzgar por lo que hago yo”, remachó para marcar aún más distancias con Pujol.

Albert Rivera (Ciutadans) dio por hecho que la familia Pujol se ha beneficiado durante décadas de la connivencia de los poderes del Estado y mostró hilaridad cuando recordó que el ministro Cristóbal Montoro admitió que esas actuaciones se conocían desde hacía 14 años. “El Estado de Derecho ha estado de vacaciones y con las alarmas desconectadas”, dijo.

Alicia Sánchez-Camacho aseguró que le “repugna" la corrupción, incluida la de su partido, el PP, pero pidió a Mas que aclare si ha habido un sistema institucionalizado de comisiones en la Generalitat. La senadora añadió que varios cuadros del PP están en prisión por corruptos, mientras en Cataluña y pese a imperar, a juicio, la ley de la omertá ha habido infinidad de procesos sin igual desenlace, lo que sonó a una crítica al poder judicial.

Oriol Junqueras evitó referirse a la confesión de Pujol y llamó a “combatir el fraude fiscal porque es una debilidad moral”. Jordi Turull, por su parte, arremetió contra la acidez verbal de Camacho y Rivera y recordó que el Parlament espera desde hace un año a la dirigente del PP para que explique su almuerzo en La Camarga con Victoria Álvarez, la novia de Jordi Pujol Ferrusola que denunció el caso por el que este ha acabado imputado. El convergente acusó a Rivera de actuar como un "justiciero" por sus críticas indiscriminadas sobre el caso Pujol y ha intentado parodiarlo señalando que la diputada Carina Mejias abandonó el PP cuando dejó de cobrar sobres o si el padre del eurodiputado Javier Nart tenía una cuenta en Suiza. "Llevo dos minutos haciendo de Rivera y me repugna", ha exclamado.

Mas no se salió de su guion argumental para rebatir las críticas de la oposición: la Generalitat es la administración más transparente de España, las cuentas de los Gobiernos de CiU ya fueron auditadas por el Tripartito y la justicia ya investigó las obras públicas de la Generalitat sin que se detectaran irregularidades ni delitos.

“Pujol impugna el pasado, agrieta el presente pero libera el futuro”, proclamó David Fernández. El líder de la CUP cree que Cataluña vive un final de ciclo, de régimen y de un modelo económico. De lo que se trata es de que los corruptos dejen de entrar por una puerta y salir por otra, porque en realidad “es la misma puerta”.

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