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HACIA EL FINAL DE ETA

Inquietud en el grupo de Currin por el lastre de las disputas entre partidos

Prepara el nuevo viaje a Euskadi sin que aprecie avances en el proceso de paz

El abogado surafricano Brian Currin (derecha), junto al coordinador de Lokarri, Paul Rios, en una imagen de archivo.
El abogado surafricano Brian Currin (derecha), junto al coordinador de Lokarri, Paul Rios, en una imagen de archivo.EFE

Las recientes disputas entre partidos políticos vascos inquietan al grupo de facilitadores internacionales que dirige Brian Currin. Mientras este Grupo Internacional de Contacto (GIC) prepara su nuevo plan de viaje y de contactos al País Vasco —previsto inicialmente para finales de octubre—, los colaboradores no son ajenos a la “incidencia negativa” que puede tener en una “acción coordinada” el clima de tensión desencadenado entre PNV y la izquierda abertzale, de un lado, y entre los nacionalistas y el PP, de otro.

Al esbozar el diseño de este próximo desplazamiento, en línea con el plan anual que Currin viene realizando al País Vasco en el nuevo contexto de paz, el grupo aprecia que se ha “tensionado” el ambiente político con más rapidez de la que hacía prever el escenario de las próximas elecciones municipales y forales de 2015. Según personas próximas al GIC, durante este verano se ha alcanzado un clima de enfrentamiento entre partidos que “ha adelantado el ambiente que podría darse en una campaña como las locales”. De hecho, en los planes de este grupo se intentaba apurar durante el otoño el contacto con los partidos en el convencimiento de que a partir de los primeros meses de 2015 se entraría “en la precampaña”. No obstante, como señaló ayer una de estas fuentes, “parece que ya estamos en precampaña”.

En el entorno del GIC preocupa sobremanera la disputa entre PNV y Sortu, partidos a quienes consideran “determinantes” en el futuro del proceso de paz. A su vez, también les causa desasosiego que no se hayan encarrilado las relaciones entre el Gobierno vasco y Mariano Rajoy principalmente en materia de política penitenciaria. Por si fuera poco, a esta falta de sintonía se añaden las tensiones de índole más doméstica que vienen protagonizando nacionalistas y populares desde el pasado mes.

“El ambiente de la campaña electoral de 2015 se ha adelantado”

Pero Currin mantienen su propósito de “facilitar” el camino hacia la consolidación de la paz en Euskadi. “Sigue manteniendo su actividad y por eso incluye esta nueva visita para dar cuenta de sus trabajos y contrastar opiniones aquí”, señaló ayer una fuente conocedora de los planes del abogado sudafricano.

Esta visita de Currin se produce después de su presencia en una de las dos sesiones que el Foro Social celebró en el palacio Euskalduna, de Bilbao, el pasado mes de junio. Entonces se inició un nuevo ciclo de diálogo ciudadano para analizar las recomendaciones presentadas por este grupo en mayo de 2013. Ya en esta reunión se planteó la nula voluntad del Gobierno central de modificar su política penitenciaria y los asistentes convinieron en la necesidad de “reforzar el diálogo en la ciudadanía para que se vayan fraguando los consensos sociales necesarios para que se abra una vía de solución integral y realista de reintegración de las personas presas”.

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La próxima visita de Currin al País Vasco no debe interpretarse como el augurio de avances en el proceso de paz. De hecho, “hasta ahora” no han apreciado guiños significativos que permitan albergar esperanzas. A este clima de escepticismo contribuye sobremanera la cerrazón del Gobierno central sobre su política penitenciaria, desoyendo las peticiones del lehendakari, Iñigo Urkullu, y de otras fuerzas políticas y sociales.

Desasosiego por el inmovilismo del PP sobre la política penitenciaria

“En el trabajo facilitador de Currin, una de las cuestiones determinantes es que se produzca un convencimiento de que se deben atender los derechos de los presos, flexibilizando la política penitenciaria”, recuerdan quienes vienen trabajando en favor del proceso de paz en Euskadi. Pero el resultado está siendo baldío mientras crece la desconfianza entre sectores de los presos de ETA y de sus familiares por el inmovilismo que aprecian en la voluntad del PP. Además, la inmediatez de las elecciones municipales y autonómicas en algunas comunidades tampoco se presenta como el escenario más propicio para que Mariano Rajoy abra la mano ante las reivindicaciones relativas a presos de la banda terrorista.

En el pasado mes de julio, los mediadores Jonathan Powell y Martin McGuinness mantuvieron reuniones en Euskadi con diversos agentes políticos bajo el propósito de impulsar el proceso vasco. El presidente del PNV, Andoni Ortuzar, fue el primero en recibirles en la sede de su partido en Bilbao, aunque desde Lehendakaritza se habían mostrado algunas reticencias, delegando incluso Urkullu su representación final en Jonan Fernández. Dirigentes de la izquierda aberzale y del PSE también recibieron a los mediadores.

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