La Plaza de España de Sevilla recupera su alma literaria
La editorial Punto Rojo celebra los cien años de la obra de Aníbal González rescatando la idea del arquitecto de crear una gran biblioteca al aire libre
Clara acude puntual, como cada día, a su cita con el Parque de María Luisa; pero este jueves el paseo ha tenido una doble sorpresa: los anaqueles de la Plaza de España, la obra más emblemática de Aníbal González, estaban llenos de libros. Más de 1.500 ejemplares de 700 autores que la editorial sevillana Punto Rojo ha colocado en las estanterías de cerámica para celebrar el inicio de la construcción de la plaza, en 1914. Clara no solo se ha encontrado con que la obra del arquitecto regionalista ha recuperado la función para la que fue diseñada hace cien años; sino que entre los títulos que desde ayer pueblan esta gigantesca biblioteca al aire libre está El arma de los invisibles, de su amigo el periodista José Manuel García-Otero. Con la novela en la mano, Clara se topa con su autor
Precisamente este título, un thriller protagonizado por un antihéroe en los años finales del franquismo en una ciudad de provincias cualquiera, fue la primera novela de éxito de la editorial sevillana especializada en autoedición, que publica anualmente entre 700 y 900 títulos en papel, de los cuales unos 600 salen también en versión electrónica. "Hemos vendido 10.000 ejemplares de El arma de los invisibles, una cifra importante para nosotros porque en la autoedición las tiradas medias suelen quedarse entre los 100 y los 500 ejemplares", explica Enrique Parrilla, director de Operaciones de Punto Rojo. La editorial, que sirve también de cantera para guionistas cinematográficos, llevará la novela a la feria de Frankfurt en octubre, donde gestionará sus derechos de pantalla.
Aunque nació en 2004, Punto Rojo dio un salto cualitativo cuando Enrique Parrilla, ingeniero informático y de telecomunicaciones por la Universidad de Houston, decidió volver a España en 2006, tras pasar 14 años en Estados Unidos. "Mi hija tenía entonces un año y queríamos que se criara en Sevilla. Yo me dedicaba al desarrollo de aplicaciones tecnológicas y me di cuenta de que uno de los problemas de las editoriales es, precisamente, introducir las nuevas tecnologías en su proceso de trabajo; así que diseñé una plataforma de gestión del proceso editorial Lantia.com, con la que hemos podido cuadruplicar nuestra producción", afirma Parrilla sentado en el banco dedicado a Pamplona. "No por nada en especial, es que aquí teníamos sombra", justifica.
Las estanterías de cerámica se han llenado con 1.500 volúmenes de unos 700 autores
Mientras tanto decenas de curiosos se acercaban a los anaqueles de los 48 bancos que González, comisario y gran artífice de la Exposición Iberoamericana de 1929 en Sevilla, proyectó como un espacio que sirviera de enorme auditorio y, a la vez, ofreciera en sus espacios dedicados a las, entonces, 48 provincias españolas, el recogimiento necesario para la lectura. Algunos iniciaban la lectura del título elegido al instante, otros hacían acopio de varios libros con la intención de llevárselos a casa. "La idea es que la gente los lea y los devuelva, para que puedan seguir en circulación, o que también traigan de casa libros que ya hayan leído y quieran dejar aquí. Lo explicamos todo en una pegatina que está en cada ejemplar, en inglés y en español", explica Iván Parrilla, director editorial de Punto Rojo y hermano de Enrique. Ambos fundaron la empresa junto a Chema García, quien se ocupa de las relaciones comerciales, un negocio que desde 2009 factura un millón de euros al año, que tiene 15 personas trabajando en Sevilla y cuenta también con una oficina en Los Ángeles.
Obras de andaluces como Jesús Alvarado, Agustín Rodríguez, Mercedes Leal, Juan Castro que recorren todos los géneros: novela, poesía, historia, deporte, autoayuda... "La verdad es que solo llegamos a rechazar un 5% de las obras que nos llegan para publicar, que suelen ser entre 80 y 100 al mes, gracias al programa que hemos diseñado y que también usan otras 26 editoriales, españolas y de norteamericanas, pero hemos firmado un compromiso de confidencialidad con ellas porque no quieren que se sepa. Exclusivamente las que no tienen ninguna calidad literaria", asegura Enrique Parrilla. "Nuestra filosofía es sacar un producto digno, que pueda estar en las librerías, pero no juzgar su potencial comercial. Los bestseller siempre se han decidido en las salas de reuniones de las grandes editoriales, pero nuestro objetivo es democratizar esa decisión, que las cosas se publiquen y sean los lectores los que opinen", dice el editor, quien recuerda que la autora de la saga de Harry Potter, J. K. Rowling, fue rechazada por 17 editoriales y que Cincuenta sombras de Grey, de E. L. James, fue una autoedición. La autoedición de un libro, con una tirada de hasta 500 ejemplares, cuesta entre 1.000 y 3.000 euros.
La empresa sevillana también está traduciendo obras del inglés, como El río de las tinieblas, del norteamericano Buddy Levy, o directamente en inglés como Making sense of bullfighting (El sentido del toreo), de Reza Hosseinpour, un británico de origen iraní que es cirujano cardiovascular infantil del Hospital Virgen del Rocío de Sevilla.
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