Mar redobla los avisos sobre el marisco furtivo tras dos intoxicados por mejillón
Los contaminados consumieron moluscos con toxina que produce amnesia
Compraron mejillones de tapadillo en la ría de Arousa, en A Pobra do Caramiñal, y los congelaron. Cuando, más de mes y medio más tarde, a finales de julio, hicieron una paella, recurrieron al molusco como guarnición preferente. Pero acabaron en el hospital, intoxicados por la biotoxina amnesic shellfish poison (ASP), un veneno que causa perdida temporal de memoria. El hecho de que los bivalvos fueran consumidos en paella aumenta el riesgo de intoxicación, “ya que la ASP es hidrosoluble y podría pasar al arroz como ocurre con otras biotoxinas como la PSP, también conocida como paralizante”, destaca la Consellería do Mar.
El departamento de la Xunta redobla sus llamamientos, a raíz de este caso, a eludir la compra marisco procedente del furtivismo, carente de todos los permisos y cauces legales de venta. El marisco y otros frutos del mar capturados y comercializados al amparo de las cofradías son los únicos que cuentan con todas las garantías para ser consumidos sin riesgo, recuerdan las autoridades autónomicas. El furtivismo es una lacra en las rías gallegas, pero sigue siendo una actividad tolerada y consentida por consumidores y la población en general. Prima el dicho de que el mar es de todos.
Y fue lo que ocurrió con las dos primeras víctimas de la toxina amnésica formalmente notificadas por un hospital gallego. Cuando las autoridades sanitarias las diagnosticaron, al vincular pérdida de memoria con consumo de mejillón, dieron la alerta. Y se pudo averiguar que las dos personas afectadas confesaron haber comprado los moluscos a un productor que no pueden identificar. En la zona en la que ocurrió, en A Pobra, estaba en aquel momento, a finales de mayo y principios de junio, prohibida la extracción de marisco por culpa de la biotoxina ASP. Los datos del Instituto Tecnológico de Control Mariño (Intecmar) así lo acreditan. Este pasado martes hubo que cerrar hasta siete zonas de bateas de mejillón al detectarse la presencia de toxina, la denominada lipofílica. La Xunta prohíbe la extracción de moluscos en aguas de Pontevedra, en polígonos de Cangas y uno de Bueu, así como en las rías altas coruñesas, en una subzona de Sada y otra de Ares.
Para las autoridades no hay duda que se trata de los dos primeros casos de víctimas que acaban en el hospital por la llamada toxina amnésica. Pero consideran, como recalcó ayer el secretario general de Mar, Juan Carlos Maneiro, que la difusión de estos casos ayuda a alertar sobre los peligros del marisco comprado fuera de los cauces legales, y además beneficia al sector por ser el único que realmente garantiza el nulo riesgo de sus productos. “Erradicar este tipo de fraude es responsabilidad de toda la sociedad, es importante concienciar a todos sobre los peligros de saltarse los distintos eslabones de la cadena de comercialización”, abundó la conselleira, Rosa Quintana.
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