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96 horas dedicadas al ordenador

La Euskal Encounter y sus 20 gigas/segundo de velocidad reúnen en su XXII edición a 6.000 aficionados que han llevado al BEC hasta 4.000 computadoras

Eneko Ruiz Jiménez
Participantes de una de las jornadas de la Euskal Encounter, en el BEC.
Participantes de una de las jornadas de la Euskal Encounter, en el BEC.F. Domingo-Aldama

Jueves: construir un robot entre siete ingenieros que se han conocido por Internet. Viernes: un curso de seguridad en la red. Sábado: huir de los zombis que asolan el pabellón cinco. Todo en 35.000 metros cuadrados y sin despegarse del ordenador. “Aquí están los futuros líderes de las start-ups tecnológicas”, se aventuraban a predecir en Twitter.

La XXI edición de la Euskal Encounter, la party informática y tecnológica más antigua de España, da cobijo desde el jueves en el Bilbao Exhibition Center (BEC) de Barakaldo a más de 6.000 aficionados, que, ya desde el miércoles, se agolpaban en la puerta con carros, bolsas y maletas cargadas de ordenadores, artilugios, tiendas de campañas y provisiones de comida para sobrevivir cuatro días frente a la pantalla. Pero no solo de los 20 gigas por segundo de velocidad que ofrece la organización viven los asistentes.

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2004: Euskal Encounter, la 'party' más veterana de España, celebra su décimo aniversario
2005: La 13ª 'Euskal Encounter'
2008: La Euskal Encounter cierra con un balance "fantástico"
2013: La Euskal Encounter comienza a descargar ocio y conocimiento

Cada uno se monta el espacio alrededor de su computadora como quiere. Unos utilizan las sillas blancas de camping que pone el Ecounter. Otros, prefieren las grandes butacas de su casa. Unos disfrutan con un grupo de amigos de la batalla contra los orcos y trolls a solo 100 metros, y otros prefieren abstraerse en sus cascos y, de vez en cuando, lanzar una risa o un grito de victoria. Entre el tumulto, hay tiempo incluso para cerrar los ojos y echar una siesta. Cualquier cosa para sentirse cómodo. Y, si alguien se sumerge en su gran pesadilla y se le rompe el ordenador, los técnicos corren a abrirlo en canal y solucionar cualquier problema.

El BEC, que acogerá en septiembre diez partidos del Mundial de Baloncesto, trata al Euskal Encounter como una de sus joyas de la corona. Las entradas se vendieron en menos de cuatro horas, y, como recordó el primer día la consejera de Educación y Cultura, Cristina Uriarte, es uno de los actos que más “visibilidad”, nacional e internacional, atrae a sus inmensos pabellones. Uno de ellos se encarga de cobijar las mesas para los ordenadores y el vecino es exclusivo para la noche, cuando se acerca la hora de dormir (poco) en las tiendas, sea sobre el suelo o las colchonetas.

Mientras juegan, ven series o aprovechan para lanzar algún tuit al ciberespacio, algunos buscan también el negocio. Cada cual es rey de su espacio. Alrededor de su burbuja, varias chicas han montado improvisados puestos de manualidades de moda, como amigurumis (muñecos de ganchillo) y hama beads (cuentas de plástico para hacer figuras). Diseñan personajes de videojuegos, desde un clásico Pac-Man a un Angry Birds, cuyo precio puede alcanzar hasta los 15 euros.

Algunos de los asistentes aprovechan su espacio para vender manualidades

Los curiosos que se pasean por los pasillos iluminados por casi 4.000 torres de PC tienden a pararse a charlar con todo el que tenga una impresora en 3D operativa, que empieza a ser artilugio obligado para los amantes de la tecnología. Para abaratar su precio (más de 500 euros), algunos de los asistentes tratan también de vender figuras, llaveros y todo tipo de souvenirs —por uno o dos euros— creados en directo en las entrañas de estos aparatos.

Los responsables de Repparts3D, la única tienda vasca que vende este tipo de impresora (y todas sus partes), reconocen que el negocio va “poco a poco”. En su expositor a la entrada del gran pabellón tienen un androide a tamaño natural, pero a medio construir, con el que tratan de convencer de los espectaculares diseños que hacen estas máquinas construidas con piezas sacadas de otras impresoras iguales. El próximo paso: montar sus propios drones (aviones teledirigidos), que estos días sobrevolaban por el Encounter.

La primera edición de esta party nació en un frontón, el de Urretxu, en 1994

En el pasillo contiguo al gran encuentro, no limitado a los participantes, la informática y la programación sigue presente. En talleres y cursos para los menos expertos. El público, que sobrepasa en edad a la media de veinteañeros que deciden quedarse conectados, asiste atento a un taller de Photoshop organizado por la empresa pública Euskadi+innova, o aprende sobre las redes sociales.

Nada tiene que ver esta monumental acogida con la de la primera edición, que ni siquiera sus organizadores se atrevieron a calificar de encounter pero que fue acogido por uno de los sitios más euskal: un frontón. La Euskal Amiga Party nació un 6 de agosto de 1994 en el Frontón Municipal Ederrena de Urretxu (Gipuzkoa) y reunió a 36 aficionados a la programación y 25 modernos ordenadores Commodore Amiga. Era un mundo sin internet, pero en el que ya comenzaban a entreverse las posibilidades de esa caja cuadrada y grises.

Hoy, en su base, se sigue haciendo lo mismo. En un arrebato nostálgico, no en vano, las mesas dedicadas a los juegos de mesa y de rol como el clásico Dragones y Mazmorras y el X-Wing de Star Wars están a rebosar.

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Sobre la firma

Eneko Ruiz Jiménez
Se ha pasado años capeando fuegos en el equipo de redes sociales de EL PAÍS y ahora se dedica a hablar de cine, series, cómics y lo que se le ponga por medio desde la sección de Cultura. No sabe montar en bicicleta.

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