ERC salva de la reprobación a Boi Ruiz en el Parlament
Los republicanos y CiU rechazan garantizar que no se harán más recortes de personal sanitario en los próximos dos años
ERC dio ayer de nuevo una mano a CiU en el Parlament y salvó de la reprobación al consejero de Salud, Boi Ruiz. Los republicanos rechazaron, junto a CiU, una moción presentada por ICV-EUiA en la que se censuraba la actuación Ruiz por haber provocado “una reducción de la calidad asistencial, la degradación de los servicios sanitarios de titularidad pública, el aumento de los tiempos de espera y la precarización” de las condiciones laborales de los sanitarios.
Con el sector de la salud en pie de guerra desde varios flancos —atrincheramientos de pacientes en las plantas del hospital de Bellvitge para evitar el cierre de camas o encierros en el Arnau de Vilanova de Lleida contra la unificación de los centros sanitarios de la provincia—, ERC y CiU también rechazaron otros puntos de la moción, como “no hacer más recortes en personal sanitario” en los próximos dos años o “garantizar la continuidad del Instituto Catalán de la Salud (ICS) como entidad integramente pública”.
ICV-EUiA también propuso “dejar en suspenso” los proyectos iniciados para crear nuevos entes —como lo que se plantea en Lleida— hasta que un grupo de trabajo específico valore estos proyectos. Pero CiU y ERC también votaron en contra. “No se puede servir a dos señores: apoyar a su compañero de gobierno y defensar la sanidad pública”, criticó a ERC la diputada de C's, Carme Pérez. El Parlament sí aprobó, en cambio, otra parte la moción en la que se garantiza que “el 100% del presupuesto de los hospitales en 2014 se destinará a la prestación de servicios”.
El momento más tenso de la jornada se vivió durante la intervención de la diputada de CiU, Meritxell Borrás, que incluso llegó a negar que se había reducido las camas disponibles en los hospitales en los últimos años — según la memoria del Servicio Catalán de la Salud (CatSalut), en 2010 había 14.072 camas y en 2012, 13.357—. Algunos representantes de la Junta de Personal de Bellvitge y vecinos de L'Hospitalet, que seguían el pleno desde la bancada de invitados, interrumpieron el discurso y tuvieron que abandonar el hemiciclo. Mientras se recobraba la calma en la sala, un micrófono abierto captó un comentario de la presidenta del Parlament, Núria de Gispert, dirigido a los invitados: “Es vergonzoso invitar a esta gente, eh”, se escuchó.
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