Andreu Alfaro ‘vuelve’ a su taller
Los hijos del escultor fundan un espacio permanente para exponer sus obras más significativas
Hasta ayer, más allá de sus esculturas públicas, no había muchas oportunidades para contemplar la obra de Andreu Alfaro (Valencia, 1929-2012) en su ciudad. La última vez que se pudo ver una exposición amplia fue en octubre de 2007, cuando el Institut Valencià d’Art Modern (IVAM), que ayudó a impulsar e incluso creó su logotipo, exhibió 91 piezas producidas en 50 años de trayectoria artística.
Ahora, la obra del artista recientemente fallecido ya cuenta con un espacio permanente abierto al público gracias al impulso de sus hijos (Anna, Andrés y Carles), que han abierto las puertas de la que fue su pulcra guarida creativa, el Taller Alfaro de Godella. Es una buena noticia no solo para los incondicionales del escultor y dibujante, sino para el circuito cultural de Valencia, que ve reforzada su oferta con una aportación muy solvente.
Se trata de una cuidada selección de piezas (48 esculturas y 33 dibujos) decidida por algunos de los personajes que frecuentaron su esfera personal, como el cantante Raimon, quien lo definió en una canción como “intérprete de metales” por su gran capacidad discursiva sobre estos materiales, o el escritor y periodista Manuel Vicent, cuyo libro Contraparaíso ilustró con su delicado trazo de dibujante. Ayer, ambos destacaron la oportunidad de la colección para promover la figura y la obra de Alfaro.
Raimon reclamó que la obra de Alfaro debería estar gestionada por el IVAM y valoró que supiera imponer sus visiones particulares del vacío y la materia y que llevara a su mundo particular las influencias que tuvo por parte de las vanguardias.
Giralt-Miracle sitúa la obra de Alfaro a la altura de la de Chillida y Oteiza
En la elección de piezas han sido decisivos, asimismo, los artistas Artur Heras y Eduardo Arroyo, los galeristas Helmut Dreiseitek y Joan Gaspar, así como los críticos e historiadores del arte Daniel Giralt-Miracle, Josep Salvador y J. F. Yvars, el exdirector de la Tate Modern Vicent Todolí o el arquitecto Fran Silvestre.
Ante la selección de esculturas, collages y serigrafías realizadas entre 1958 y 1979, Artur Heras ponderó la fidelidad de Alfaro a la linea como génesis de todo su trabajo, desarrollado bajo el mismo espíritu esencialista ya se tratara de acero inoxidable, aluminio, latón, hierro cromado, mármol o metacrilato. El artista plástico la etiqueta como “una colección muy cuidada” y apropiada para comprender la dimensión del escultor y su importancia.
Raimon: “La obra de Alfaro debería estar gestionada por el IVAM”
Alfaro fue uno de los escultores españoles contemporáneos más sobresalientes y lo logró sin marcharse de Valencia, clavando su raíz en ese mismo suelo de Godella, al noroeste de la capital de la Comunidad Valenciana, en el que se ubica este espacio que ayer Daniel Giralt-Miracle definió como un todo en el que tanta importancia tienen las piezas de la exposición como el diseño y la configuración del propio taller dibujado por el arquitecto Emilio Giménez.
El historiador del arte, bajo una higuera que compite con las esculturas expuestas en el patio (el escultor la cuidó en vida y le dio forma como si fuera una de sus realizaciones), hizo una fundamentada defensa de Alfaro, a quien situó a la misma altura que Chillida y Oteiza, y celebró el hecho de contar con una exposición permanente de su obra, “no solo las generatrices, que son lo más conocido, sino las muchas otras obras de espíritu experimental que creó”. “Este es el Alfaro que quisiéramos que pasara a la historia”, reclamó. Y agradeció a los hijos que hubiesen decidido no especular con la obra para poder exhibirla y mantener vivo el universo del escultor.
A la presentación del Taller Alfaro acudieron varios políticos socialistas, como el secretario general del PSPV, Ximo Puig, o el diputado y exconsejero de Educación y Cultura Ciprià Ciscar. O la actriz Rosanna Pastor. La notable presencia de la exdirectora del IVAM, Consuelo Ciscar, no llenó el vacío institucional que deparó la Generalitat al nuevo espacio expositivo.
Uno de los hijos del escultor, el director de teatro Carles Alfaro, explicó que la familia no espera nada de la Administración. “Nosotros hemos dado este primer paso porque creemos necesario dar la máxima difusión posible a la obra de nuestro padre”. Han conformado una muestra de este tamaño, “invendible, indivisible” para que pueda también ser itinerante.
En las instalaciones del taller se encuentra el resto de los fondos del artista, con los que se programarán exposiciones temporales de diferentes temáticas de su obra. Además, el taller cuenta con un archivo, que recoge la documentación y los esbozos sobre las esculturas, y un departamento de conservación y restauración de las obras.
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