El amor a punto de humo
El director argentino Alejandro Catalán debuta en España con ‘Amar’, comedia sentimental interpretada por actores sobresalientes
Tres parejas jóvenes de profesionales independientes de clase media acomodada, durante una noche hedonista en la disco: sus deseos, sus flirteos entrecruzados, su horizonte sentimental, las frustraciones que arrastran, las confesiones hirientes que se hacen entre bromas, las conversaciones tan diferentes que ellas y ellos entablan cuando se quedan a solas con los de su sexo... Laura se ha dado cuenta tarde de que debería de haber dejado a Rafa años atrás, para intentar tener un hijo con alguien más dispuesto. Caro y Cristian mantienen viva la chispa de una relación larga, pero él tiene celos del éxito laboral de ella y quiere que le acompañe de vuelta a España. Seba, eterno picaflor, cree haber encontrado por fin la mujer de su vida en Ana, quien preferiría sentirse menos atosigada.
El teatro como academia sentimental y escuela de costumbres, servidas con verismo sobresaliente por un sexteto argentino de actores a los que Alejandro Catalán, su director, pluriemplea también como técnicos de iluminación: ellos mismos crean, linternas en mano, las luces parpadeantes de la disco bajo las que sus personajes coquetean, seducen, se sinceran, se dan el plácet o se paran los pies. Sumiendo el escenario entero en la oscuridad, clavando a los actores en el sitio e iluminándoles solo a ellos (a veces de vientre o de pecho para arriba nada más), Catalán y su equipo crean sugestivos planos cinematográficos cortos y medios que producen por momentos la sensación de que estuviéramos del salón de casa en el ángulo oscuro, siguiendo una teleserie en pantalla de plasma de gran formato.
AMAR
Autor y director: Alejandro Catalán. Teatro Pradillo. Hasta el 22 de junio.
Durante el extenso diálogo final entre Rafa y Laura en la playa, el persistente efecto sonoro de oleaje, creado en vivo para sugerir el entorno (tal y como se hacía antaño en los seriales radiofónicos), resulta de un realismo tan extenuante como el de aquel pasaje campestre de un drama de Chéjov en el que los actores de Stanislavski reproducían el canto de cucos, ruiseñores, grillos y sapos, a lo cual un crítico comentó: “Solo faltan las picaduras de los mosquitos”.
Amar, cierre teatral del Festival de Otoño a Primavera, es, desde el título, una función focalizada en lo sentimental, pero sin sentimentalismos. Por encima del texto y aún de la atractiva aunque unívoca puesta en escena, destacan las interpretaciones abismadas y metidas en harina de Paula Manzone, Florencia Bergallo, Ximena Banús, Miguel Ángel Bosco, Federico Liss y Edgardo Castro.
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