Solo 78 pisos de 90.000 previstos
Los nuevos ensanches de L’Hospitalet y El Prat de Llobregat son los únicos que se materializan de los 100 barrios que ideó el Tripartito en 2008
El ambicioso plan de crear 100 nuevos barrios con mitad de vivienda pública y mitad de libre que ideó el Gobierno tripartito en 2008 ha quedado en (casi) nada. Eran las ARE, Áreas Residenciales Estratégicas. Cinco años después, del conjunto de barrios pensados para facilitar el acceso a la vivienda mediante un planeamiento urgente, solo dos han echado a andar. Son el de la Remunta, en L’Hospitalet de Llobregat, 10 hectáreas que se han convertido en un parque y donde hay una guardería y pisos públicos en obras. Y el Eixample Sud de El Prat de Llobregat. Aquí se ubican las únicas 78 viviendas entregadas de un planeamiento que de salida se marcó el horizonte de levantar 90.000.
“Era un buen instrumento, pero en aquel momento se tendría que haber hecho de una más moderada, limitándolo a áreas metropolitanas, y de forma progresiva”, explica Agustí Serra, el actual director general de Ordenación del Territorio de la Generalitat. En vez de eso, el Gobierno catalán en manos del PSC, ERC e ICV acabó reduciendo a 73 las Áreas Residenciales Estratégicas: se planificaron en 12 Planes Directores Ubanísticos que sumaban 1.200 hectáreas con capacidad para construir 73.923 viviendas, de las que unas 40.000 tenían que ser de protección.
La redacción de los planes urbanísticos costó 18 millones de euros
Con el estallido de la burbuja inmobiliaria y la posterior crisis esos planes quedaron aparcados y los planeamientos, en vez de ser un catalizador, se han convertido en un engorro para los ayuntamientos, que han solicitado dejarlos sin efecto en un proceso que es complejo. “Esos AREs nunca saldrán adelante y están hipotecando el territorio, por eso los estamos desactivando definitivamente”, señala Serra. Repasa que ya se han anulado siete (Igualada, Balaguer, Móra d’Ebre, Valls y Palafrugell, donde se aprobaron tres nuevos barrios) y otros once están en proceso de tramitación. En su opinión, apenas hay posibilidad de reciclarlos porque en Cataluña existe mucha reserva de suelo clasificado para levantar viviendas sean públicas o libres (lo hay para hasta 804.000 pisos), cuando solo en el área metropolitana de Barcelona se está retomando de forma moderada el desarrollo de suelo residencial.
La Generalitat ha modificado su prioridad. Si hace siete años se priorizó el desarrollo de suelo para uso residencial, ahora el Departamento de Territorio ha optado por impulsar Planes Directores Urbanísticos solo de actividad económica. “Hay una pequeña diferencia”, remarca Serra, “los hacemos directamente desde el Departamento de Territorio y el Incasòl”.
El actual Gobierno catalán recuerda siempre que tiene ocasión que el fiasco de las ARE ha costado más de 25 millones de euros que se han gastado inútilmente. En mayo de 2008, el Instituto Catalán del Suelo sacó a concurso planes y estudios ambientales por valor de 18 millones, unos encargos que llevaron a decenas de despachos de arquitectos a trabajar día y noche durante cuatro meses. El encargo del Incasòl quintuplicó el importe que la empresa pública destinaba en un ejercicio a la redacción externa de planeamiento.
La Generalitat prioriza ahora los planes urbanísticos relacionados con actividad económica
Desde el ayuntamiento de El Prat, su coordinador de Urbanismo, Lluís Barba explica que de los dos ARE previstos en el municipio (Eixample Sud y Ronda Sud Aeroport), el que ha echado a andar ha sido el primero. Por ahora se ha entregado el edificio de 78 pisos de vivienda pública de precio concertado y se está terminando una segunda promoción de 59 libres. En breve el ayuntamiento dará la licencia para un tercero, también privado. Barba admite que los casi 200 pisos que serán realidad están muy lejos de una previsión de hasta 1.400: “El proceso es lento, sí, pero se construye y se vende, que son buenas noticias”, celebra.
La alcaldesa de L’Hospitalet de Llobregat, Núria Marín, explica que el ARE de la Remunta se ubica en lo fueron terrenos militares. Por ahora se ha hecho un parque, hay una guardería en obras, un edificio prácticamente acabado, otro en obras y un tercero previsto. Todos de vivienda social. “Se ha conseguido recuperar un antiguo cuartel, coser territorio con Cornellà, crear zonas verdes y la actividad económica fruto de las viviendas llegará”, valora. Y defiende: “Cuando todo el mundo pone en cuestión que no es momento de invertir, debemos hacer lo contrario, la inversión pública hecha con realismo permite responder las necesidades ciudadanas y hacer las ciudades más competitivas”.
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