El cuerpo triunfa en Loop
El hombre y su entorno protagonizan la edición más internacional de la feria de videoarte
Desnudos, vestidos o disfrazados, comiendo, durmiendo, haciendo el amor y contando sus historias, quietos, en movimientos o colgados de los tobillos, envueltos en una crisálida, como el protagonista del vídeo del peruano Antonio Paucar (Galerie Thumm). Los cuerpos invaden las 46 habitaciones del Hotel Catalonia Ramblas, que acogen otras tantas galerías en el marco de Loop, la primera feria en el mundo exclusivamente dedicada al videoarte, que en su 12 ediciones ha hecho escuela y marcado una tendencia internacional.
Tras años de instalaciones audiovisuales —este año sólo hay dos, del francés Bernard Pourrière y el colombiano Marcos Ávila— y animaciones —solo una de Kota Ezawa, rigurosamente en blanco y negro—, el vídeo parece volver a su esencia de relato en imágenes protagonizado por el ser humano y, en muchas ocasiones, utilizado como memoria y registro de una performance previa. Vamos, otro baño de realidad, aunque tras la lectura más inmediata a menudo se ocultan varias capas de reflexión, metáforas y simbolismos, como en la obra del surafricano Mohau Modisakeng (Brundyn +), que escenifica nuevos usos para los instrumentos de tortura y violencia.
El cuerpo, solo aparentemente liberado, es el protagonista de los 40 retratos de Phil Collins, la obra más cara de Loop (36.000 euros) en Moisés Pérez de Albeniz, la única galería madrileña con Bernal Espacio que presenta un vídeo de Óscar Muñoz manipulando la impronta en yeso de su propio rostro.
Solo seis de las 46 galerías de la feria son españolas, y cuatro catalanas
La pintura y el dibujo están cada vez más presentes gracias a las tecnologías digitales que lo permiten todo o casi, incluso generar una película infinita, siempre distinta. Se trata de Dérives de Brout & Marion (22.48 m2 Gallery), que han creado un programa capaz de montar más de 2.000 fragmentos de obras de toda la historia del cine, no de forma azarosa, sino según un patrón conceptual, temático y narrativo. En cambio el polaco Dominik Lejman (Zak), que considera el vídeo una capa más de pintura, proyecta en un lienzo la sugerente imagen de un montón de libros tragándose a un filósofo, aunque a veces parece que es al revés.
Junto al hombre, el entorno es el otro gran protagonista, real y fantástico a la vez como la inmensa extensión de agua que Enrique Ramírez (Die Ecke) utiliza para plasmar la inestabilidad que nos rodea; el híper tecnológico y deshumanizado puerto de Hamburgo grabado por la marroquí Bouchra Khalili (ADN); y las violentas imágenes de archivo que el argentino Hugo Aveta (NextLeve) ha proyectado sobre una emulsión fotosensible para luego volverlas a grabar, justo en el momento en que desaparecen. Es un trabajo sobre la memoria, como el de Rosell Meseguer (Senda) que a través de dos pantallas, donde se refleja el impacto de la industria minera en España y Chile, intenta demostrar cómo el pasado afecta al presente.
Con su alud de estrenos (casi la mitad de las obras), la feria ha conseguido reunir más de 500 coleccionistas y profesionales del sector. Se trata sin duda de la edición más internacional con tan solo seis galerías españolas (cuatro catalanas), aunque parece la solución más lógica ya que la feria no quiere y no puede crecer en tamaño y buena parte de los espacios, tanto comerciales como institucionales de la ciudad, participan en el festival que arropa la feria. “Nos parece mejor dejar espacio a los extranjeros, porque las galerías de aquí ya resultan involucradas. Además la entrada de dos nuevos miembros en el comité de selección ha contribuido a generar una cierta renovación”, indicó Carles Duran, fundador de Loop con Emilio Álvarez, asegurando que este año el 43% de las galerías son nuevas, con una predominancia de francesas y alemanas.
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