El Gobierno impide que el Teatro Bellas Artes sea derribado
La declaración de Bien Cultural frustra el proyecto de convertirlo en hotel La reforma fue autorizada por el Ayuntamiento de San Sebastián el pasado febrero
El Gobierno vasco impedirá que salga adelante el proyecto de reconvertir el Teatro Bellas Artes, situado en el corazón de San Sebastián, en la bifurcación de las calles Prim y Urbieta, en un hotel, aprobado por el Ayuntamiento donostiarra el pasado febrero. El Departamento de Cultura ha anunciado este miércoles su decisión de otorgar protección al edificio con la declaración de Bien Cultural, lo que impedirá su derribo.
El Bellas Artes, construido en 1913, es obra de Ramón de Cortázar, autor de todo el ensanche urbanístico de la capital guipuzcoana. Después de años de debate, la reconverisión del teatro en hotel fue aprobada gracias a un acuerdo de los partidos de la oposición en el consistorio donostiarra, PSE, PP y PNV para rebajar el grado de protección previsto.
El Gobierno sustenta su decisión sobre un informe publicado en junio de 2013 sobre la aprobación inicial del Plan Especial de Protección del Patrimonio Urbano Construido de San Sebastián, en el que se defendia la protección del edificio Bellas Artes por sus valores culturales.
Cultura ha anunciado la apertura de "un proceso de diálogo y trabajo en común con los agentes públicos y privados de la ciudad, al objeto de garantizar su protección y viabilidad futura". El Gobierno pese a reconocer que el plan de protección recoge sus propuestas, considera que la protección otorgada al teatro "sigue siendo insuficiente para garantizar la preservación del bien".
"A lo largo de este proceso, ha podido constatarse una evolución en la ciudad hacia posiciones favorables a una mayor protección del bien. En este sentido, se ha evidenciado que el tiempo transcurrido ha supuesto un proceso necesario de valorización del bien que ha permitido una mayor confluencia de voluntades. Un hecho muy relevante, ya que es deseable que la declaración y protección de un bien sea fruto de una apreciación compartida sobre su valor cultural y sobre la necesidad de protegerlo", explica Cultura en la nota publicada para comunicar su decisión. "En ese sentido, la declaración de un bien debe entenderse como un hecho positivo que enriquece a una comunidad y no como una imposición que coarta su desarrollo y progreso".
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