Margallo avisa de que el proceso soberanista puede acabar como en 1714
Camacho augura que las multinacionales huirían de la comunidad si hubiera secesión
En la lista de advertencias que el Partido Popular lanza contra la independencia de Cataluña, el ministro de Exteriores José Manuel García-Margallo añadió una con tintes históricos: avisó a Cataluña de que el proceso soberanista puede acabar como en 1714. "No es la primera vez que pasa y que en la historia de Cataluña hemos tenido derivas y aventuras secesionistas y cada una se ha saldado con una enorme perdida para España y Cataluña", dijo, antes de centrarse en la derrota bélica que la comunidad conmemora cada 11 de septiembre: "En 1714 se empeñaron en seguir apoyando un pretendiente que ni siquiera ya lo era, porque era emperador de Austria y dijo que esto no le interesaba. Se perdieron las instituciones, y se perdieron conquistas de la Corona de Aragón y de Cataluña", advirtió.
Para solucionar el "desastre" que a juicio del ministro supondría la independencia, García-Margallo ofreció "diálogo sin caducidad" al Gobierno catalán. Siempre insistiendo en que el Ejecutivo ni se plantea negociar la consulta. "Hablaremos de lengua, inversiones y sistema de financiación. Pero de lo que se puede hablar. No prometeremos nunca lo que no se puede hacer", sostuvo el dirigente del PP. Pese a la oferta, el ministro negó los agravios que denuncia el Gobierno catalán, al que afeó que impulse el órdago soberanista cuando es la segunda comunidad en inversión y la cultura catalana goza de un esplendor como "no ha habido en la historia".
García-Margallo aseguró que se le ponen "los pelos como escarpias" con los planes para hacer la consulta que lidera el presidente catalán Artur Mas, al que alertó de las escasas complicidades que genera en Europa. "No está la magdalena para tafetanes", ilustró el ministro para enfatizar que, en Bruselas, nadie "quiere empezar a ver la proliferación de la división". Y apostilló, sobre la UE: "Cataluña quedaría excluida automáticamente desde el minuto uno".
A la lista de advertencias García-Margallo incluyó un empobrecimiento económico: "Cataluña perdería entre un 25% y un 30% de su PIB, entraría en suspensión de pagos y no sé cómo haría frente al envejecimiento de la población y quién pagaría unas pensiones insostenibles", apuntó. Un aviso que ligó con lo que había dicho la líder del partido en Cataluña, Alicia Sánchez-Camacho. Frente al discurso de CiU y ERC, que sostienen que las multinacionales situadas en Cataluña presionarán a favor del proceso soberanista, Camacho auguró que las empresas se irán de la comunidad.
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