El Gobierno retoma el proyecto del Metro donostiarra
Tras darle carpetazo hace un año, rescata el suburbano con tres estaciones en la UPV, La Concha y Easo
El proyecto del Metro donostiarra vuelve a la palestra. El Gobierno vasco ha aceptado retomar la construcción de la denominada "pasante ferroviaria" que impulsó el anterior Ejecutivo socialista y que paralizó el actual por considerarlo "faraónico", en palabras de la consejera de Política Territorial, Ana Oregi.
La recuperación del proyecto ferroviaria ha sido posible tras un acuerdo político entre el PNV y los socialistas, que incluye algunas modificaciones con el diseño inicial del suburbano. Esta obra consiste en la unión de las actuales estaciones de Lugaritz (junto al Antiguo) y de Easo a través de una pasante subterránea de unos 4,5 kilómetros de longitud que atraviesa el centro de la ciudad.
En su origen, el trazado contaba con cinco apeaderos, pero finalmente se construirán tres paradas: una junto al campus de la UPV, otra en La Concha y una tercera soterrada en la calle Easo. Con estos cambios, el coste del proyecto, que suponía una inversión de 165 millones de euros, se vería reducido en unos 15 millones
El Gobierno socialista adjudicó a finales de 2012 los dos tramos en que está dividido -Lugaritz-La Concha y La Concha-Morlans-, aunque las máquinas no llegaron a empezar a operar. El cambio de Gobierno tras las elecciones autonómicas de finales de 2012 dejó aparcado este proyecto ferroviario.
El Parlamento autonómico aprobó en marzo de 2013 una resolución que rechazaba la construcción del metro. El PNV y EH Bildu unieron sus votos para tumbar el proyecto de metro y defender que se “priorice” la mejora de la red ferroviaria existente y resolver las obras y contratos ya adjudicados para hacer realidad la pasante soterrada en San Sebastián porque “no es la más adecuada para dar respuesta sostenible” a las necesidades de movilidad en la provincia.
Esta decisión fue posteriormente matizada pro el portavoz del PNV en San Sebastián, Eneko Goia, quien afirmó que la decisión de la Cámara no suponía dar carpetazo a la infraestructura, sino el rechazo a los términos en que lo había planteado el Gobierno socialista. El Gobierno municipal donostiarra, en manos de Bildu, también se ha mostrado en reiteradas ocasiones en contra de las obras del suburbano.
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