Aranzadi: Las adopciones en la casa cuna de Fraisoro cumplían la legalidad
Un estudio sobre el caso de los bebés robados concluye que no hubo irregularidades en las adopciones de niños tutelados por la Diputación
La Sociedad de Ciencias Aranzadi considera que "no hubo irregularidades sistemáticas en las adopciones de niños que estaban bajo tutela de la Diputación" de Gipuzkoa, en la casa cuna de Fraisoro, en Zizurkil, y que éstas "cumplían la legislación vigente".
Esta es una de las conclusiones de una investigación desarrollada durante un año por Aranzadi, que ha sido presentada esta mañana ante la comisión de las Juntas Generales de Gipuzkoa que estudia el posible robo de bebés en este territorio.
La diputada de Administración Foral, Garbiñe Errekondo, y la directora foral de Derechos Humanos, Marina Bidasoro, acompañadas por Eva García y Laura Pego, autoras del informe, han desgranado hoy los principales resultados de la investigación, que analiza el funcionamiento de esta casa cuna, que recogía tanto a niños abandonados como a madres solteras embarazadas.
El estudio se centran en el período que va desde 1940 a 1990 y, según ha desvelado Bidasoro, evidencia que el "cuidado de los niños que estuvieron en la casa cuna de Fraisoro fue adecuado" y que las adopciones que estuvieron en manos de la Diputación "cumplían la legislación vigente del momento".
De los 2.627 expedientes personales de niños acogidos en estas instalaciones en estos 50 años, la Sociedad de Ciencias Aranzadi ha tenido acceso a 2.579 ya que 30 no han sido encontrados y otros 40 se encontraban en cesión, por ejemplo, a juzgados.
Bidasoro ha señalado que más del 50 % de estos menores, en concreto, 1.323, fueron devueltos a sus familias biológicas, ya que ésta fue la "prioridad" principal, mientras que el 32 %, es decir, 853, fueron dados en adopción.
El número de fallecidos ascendió a 171, lo que supone una tasa de mortalidad inferior a la registrada de media en la época, por la "buena alimentación y cuidados" del centro, lo que lo convirtió "en referente" en España. De los niños que pasaron por las instalaciones de Freisoro, 107 fueron derivados a otros centros, ya que al cumplir cinco años tenían que dejar el centro de Zizurkil.
Respecto a las adopciones, Bidasoro ha asegurado que las gestionadas en Freisoro tenían "más garantías que las realizadas por otras vías" y "respetaban escrupulosamente las condiciones legales" ya que se comprobaba que los candidatos reunían las condiciones requeridas, que la madre biológica diera el visto bueno y se realizaba un control posterior.
Eva García, por su parte, también ha coincidido en que los procesos de adopción llevados a cabo en el marco de la Diputación "lo han sido conforme a la legislación vigente" y que el apoyo a las madres biológicas ha sido "una constante".
De hecho, se primaba la devolución de los hijos a la madre biológica, siempre que cumpliera el requisito de "buena conducta", ya que sólo han encontrado un caso en el que la autoridad judicial determina que el menor debe quedarse con la familia de acogida. No obstante, Eva García ha pedido que las conclusiones de este estudio no se conviertan en una "generalidad" en una "materia tan sensible" en el que hay que "dar respuesta" a cada caso y cada afectado.
Laura Pego, por su parte, ha explicado que además de los niños adoptados en Freisoro, prácticamente un tercio del total, el 5 % de los menores se quedó en un "paso previo" de acogida que no culminó debido generalmente a las familias no cumplían los requisitos. Ha coincidido en que, en un asunto de esta naturaleza, no se pueden trasladar estas conclusiones a la totalidad de los casos sino que hay que es preciso estudiar cada uno en particular.
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