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Cinco años contra las sillas de ruedas

El Superior obliga al Gobierno a ampliar las marquesinas del tranvía en la capital alavesa Un informe municipal ya denunciaba en 2008 el incumplimiento de las normas

Pedro Gorospe
Varios discapacitados muestran el escaso margen que dejan las marquesinas del tranvía vitoriano.
Varios discapacitados muestran el escaso margen que dejan las marquesinas del tranvía vitoriano.L. rico

No se consigue una sociedad progresista, avanzada, social y solidaria con que lo sea exclusivamente el legislador. Los Gobiernos tienen que cumplir esos preceptos y, sobre todo, dar ejemplo. El Ejecutivo vasco y el Ayuntamiento de Vitoria llevan cinco años, con tres gabinetes diferentes, luchando en los juzgados contra la asociación de personas con discapacidad física y funcional de Álava Eginaren Eginez, y pese a perder, siguen sin mover ni un dedo para cumplir ni su propia legislación ni las resoluciones judiciales firmes.

El Tribunal Superior de Justicia del País Vasco estimó en julio pasado que las marquesinas del tranvía de Vitoria son pequeñas para que las sillas de ruedas, no solo de las personas con discapacidad, sino también las silletas de niños, puedan maniobrar con seguridad, tal y como fija un decreto del año 2000 que desarrolla la ley de 1997 sobre accesibilidad, que aprobó ese año el entonces consejero de Transportes, Patxi Ormazabal. El tribunal condenó al Departamento de Transportes y a la sociedad pública Euskal Trenbide Sarea a acometer las obras necesarias para ser respetuosos con la ley. En octubre pasado, el mismo tribunal dictó un auto aclaratorio, “pese a que el pronunciamiento de condena está expresado con meridiana claridad”.

Cuando el ánimo es dilatar los procesos, la Administración dispone de mecanismos infinitos. El problema es cuando los perjudicados, como en este caso, son los ciudadanos. “El Gobierno vasco no se ha dirigido a nosotros en ningún momento. Nosotros tuvimos que solicitar una reunión con la consejera Ana Oregi el pasado enero”, asegura Igor Nabarro, coordinador de la Confederación vasca de Personas con Discapacidad Física/Orgánica. Y lo hicieron alarmados después de una cita con la directora de Transportes, Almudena Ruiz de Angulo, en la que, lejos de reconocer su error, se les acusó de “insolidarios por el dinero que la Administración iba a tener que gastar en adaptar las marquesinas”.

El juez recuerda que había informes técnicos contrarios a las marquesinas

Curiosamente, el Gobierno, el Ayuntamiento y la Diputación de Álava siguieron adelante con el proyecto del tranvía en 2008 —fue inaugurado en diciembre de ese año—, cuando el 3 de noviembre ya tenían sobre la mesa un informe del arquitecto municipal de Vitoria que pedía la paralización y adaptación de las marquesinas, porque el proyecto incumplía la normativa vasca de accesibilidad. “Y estaban a tiempo de rectificar”, dice la presidenta de la asociación, Soraya Pontejo.

El Consejo Vasco para la Promoción de la Accesibilidad y el Consejo Municipal de Accesibilidad de Vitoria emitieron informes en el mismo sentido. El tribunal se lo recordó en julio al Gobierno, al recriminarle que podía haber evitado estos cinco años de molestias a los ciudadanos con graves problemas de movilidad y, de paso, al resto de los usuarios del tranvía en Vitoria, si hubiera tenido en cuenta esos informes. Las marquesinas “se instalarán de forma que en uno de sus laterales y en la zona de espera y andén exista una franja libre de obstáculos con una anchura libre de 1,80 metros”, dice el tribunal. El último Gobierno de Juan José Ibarretxe se empecinó, pese a los informes en contra, en que eran 90 centímetros, y, ahora, debe modificar más de 12 marquesinas de Vitoria. Las últimas de la segunda línea se adaptaron a la norma.

Euskal Trenbideak: “La movilidad es una preocupación del departamento”

El caso es que los 1.638 asociados de Eginaren Eginez se sienten ninguneados, a la espera de que el Ejecutivo y el Ayuntamiento de Vitoria empiecen a considerarles una prioridad, como ya hicieron con la fachada vegetal del Palacio Europa, o con las numerosas obras que se están acometiendo en la cvapital alavesa.

Euskal Trenbide Sarea (ETS), el ente gestor del tranvía tanto en Vitoria como en Bilbao, respondió el pasado viernes a requerimiento de EL PAÍS que “el departamento de ingeniería de ETS procederá a reducir uno de los paneles publicitarios que cierran los laterales”. ¿Cuándo? En su nota no se precisa.

Sí detalla, sin embargo, los premios de accesibilidad y de diseño que han recibido. Y también dice que la “movilidad” es una gran inquietud para el departamento.

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Sobre la firma

Pedro Gorospe
Corresponsal en el País Vasco cubre la actualidad política, social y económica. Licenciado en Ciencias de la Información por la UPV-EHU, perteneció a las redacciones de la nueva Gaceta del Norte, Deia, Gaur Express y como productor la televisión pública vasca EITB antes de llegar a EL PAÍS. Es autor del libro El inconformismo de Koldo Saratxaga.

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