El PNV apurará con Areso la imagen de gestión de Azkuna
La oposición asume que se inicia una transición sin cambios. La incógnita se sitúa en la foto electoral de 2015
“Lo que toca ahora es seguir haciendo”. Con esta expresiva máxima resumió ayer un dirigente del PNV en Bilbao cuál será la orientación política de la hoja de rutaque liderará Ibon Areso hasta mayo de 2015 como alcalde de la capital vizcaína tras la desaparición de Iñaki Azkuna. Desde la oposición, ninguno de los tres grupos consultados espera cambios y hay una coincidencia generalizada en que se asistirá a un período de transición “tranquila” con la mirada puesta, eso sí, en el futuro mapa electoral que resulte en Bilbao. “Areso sabe lo que quería Azkuna, ha trabajado codo a codo con él y lo va a hacer”, subrayaba la misma fuente nacionalista.
En la oposición también comparten la visión del PNV sobre la estrategia a seguir por el nuevo alcalde. “Areso siempre ha estado detrás de las grandes decisiones urbanísticas que ha ido adoptando Azkuna, influyendo, y eso supone una acción política”, destaca Aitziber Ibaibarriaga (EH Bildu) para situar debidamente el perfil del veterano concejal. “No ha querido tener un perfil político porque sabía que ya con su perfil técnico tenía mucho peso”, añade.
Precisamente la reconocida impronta del arquitecto y urbanista Areso en las operaciones estratégicas que han contribuido a la transformación de Bilbao y que justifican buena parte del respaldo electoral del PNV constituyen el principal argumento para aventurar que el nuevo alcalde alargará la imagen de la gestión que ha hecho Azkuna. “No va a cambiar nada”, coinciden en señalar los tres portavoces de la oposición municipal.
Además, tras las distintas valoraciones recogidas, sería conveniente eliminar cuanto antes el estereotipo de Areso como ese político de segunda fila a quien el PNV finalmente le agradece su entrega y fidelidad con esta designación. Significa mucho más y en el Ayuntamiento ni sus rivales lo cuestionan, aunque la incógnita esgrimida por uno de los portavoces radica en saber “si acabará fraguando un liderazgo y el tiempo que tarda el PNV en tomar decisiones para adaptarse a la nueva situación”. Para el PP, el papel del nuevo alcalde “pasa desapercibido a los ojos de la gente, pero tiene mucha escuela porque es genio y figura y desde luego nadie mejor que él para ocupar el puesto, aunque se dudaba de que pudiera ser Ibone” Bengoetxea.
EH Bidu asegura que hay dos sectores del PNV enfrentados por el perfil del futuro candidato
En este análisis sobre el sesgo que marcará el final de la legislatura en Bilbao se introduce también como reflexión que “una cosa es que no sea un monstruo de la comunicación como era Azkuna y otra que no sea toda una referencia en la gestión del Ayuntamiento”, admiten desde EH Bildu, donde, de paso, se felicitan de que “ahora habrá sobre todo un cambio en las formas”, habida cuenta del alto voltaje en las frecuentes disputas entre Azkuna y la formación abertzale. Todavía se recuerda la última polémica desatada por la ubicación de los retratos de alcaldes de la época franquista. “Tuvo oportunidad de haber evitado algunos enfrentamientos y no lo hizo”, recuerdan los soberanistas.
En esta proyección sobre el nuevo tiempo que se abrirá a partir de la proclamación del séptimo alcalde democrático de Bilbao —todos ellos del PNV—, los partidos diferencian, con ligeras matizaciones, “las dos etapas” a las que se asiste: el final del actual mandato y los resultados de las próximas elecciones de 2015. En la previsión del PP, “la inercia política del liderazgo de Azkuna se va a mantener hasta que acabe la actual legislatura” y a partir de ahí “una vez descartada la mayoría absoluta en un Bilbao que tiene la pluralidad como señala de identidad, queda todo abierto”, admite Cristina Ruiz.
Tampoco los socialistas advierten cambio alguno en la orientación del resto de mandato. Incluso, el PSE-EE ofrece la “mano tendida” a Areso para acometer la “visión compartida de la situación y su salida”, que Iñaki Azkuna y Alfonso Gil habían dibujado, según el portavoz socialista. “Lo importante gira en torno a la creación del empleo, y por eso lo reflejamos en el presupuesto y en los remanentes”, añade, antes de admitir que “los tres grandes proyectos” que aguardan al Ayuntamiento de Bilbao son “el canal de Zorrozaurre, Termibús y la Punta de Zorroza”.
Convencidos de una transición “tranquila”, en la oposición reconocen que Bilbao perderá, desde luego, “la proyección mediática” que Azkuna garantizaba con su reconocida figura. Pero es ahí donde desde el PNV se replica convencido: “Se seguirá hablando de Bilbao y también durante tiempo de Azkuna, pero vamos a seguir haciendo cosas porque hay proyectos en marcha, una idea compartida de qué queremos para la ciudad y esto se irá viendo”, aunque reconocen que, sin duda, “estos días” no son los mejores “para hablar de lo que puede pasar”.
El BBB, a su vez, no espera desgaste electoral alguno en la evaluación que se haga de su equipo de gobierno hasta el resto de la actual legislatura. También lo cree la oposición. “Areso ha influido más de lo que se cree en las decisiones de Azkuna, y Azkuna ha tenido muy en cuenta siempre sus opiniones y le ha defendido”, asegura otro curtido concejal. Sin embargo, la triste ausencia del carismático alcalde es entendida como un factor desequilibrante en la suerte de las próximas elecciones. EH Bildu, incluso, adelanta este factor en el tiempo y lo sitúa, de hecho, “en la guerra que ya tienen los dos sectores del PNV para la elección de su candidato”.
Mientras el resto de los grupos apenas incide en el proceso interno que los nacionalistas acometerán desde el 7 de octubre para la elección de su candidato a la alcaldía de Bilbao, la coalición soberanista tiene una lectura mucho más incisiva. “Se han notado las diferencias que tienen en el Ayuntamiento, empezando por el hecho de alargar la alcaldía de Azkuna durante su enfermedad”, dice Ibaibarriaga. Para la portavoz soberanista, los dos sectores del PNV estarían identificados entre quienes “apuestan por una línea continuista, estilo Azkuna” y los proclives “a una posición abertzale y más de partido”, aprecia.
Precisamente, la identidad del candidato elegido marcará, según EH Bildu, la línea a seguir por el PNV a partir de mayo de 2015 en el Ayuntamiento de Bilbao. “Si eligen una copia barata de Azkuna, las comparaciones van a ser permanentes y si buscan algo distinto, saben que correrán riesgos”. Pero Ibaibarriaga sostiene que, por encima de los resultados, el PNV buscará el apoyo del PSE-EE en el marco de un acuerdo global en el resto de las instituciones vascas. “Ahora mismo el PNV está dando oxígeno al PSE, porque sabe que son los primeros a quienes pedirá apoyo para gobernar”.
Desde la parte aludida, los socialistas se refugian en la pluralidad de Bilbao antes de adelantar su posición, al igual que lo hace el PP para evitar posibles indicios sobre su voluntad de pacto con los nacionalistas. “En Bilbao han gobernado todos los partidos y lo primero que tiene que hacer el PNV es ganar”, avisa la portavoz popular. No obstante, Azkuna y Gil han escenificado con agrado en el último año acuerdos significativos en un clima de abierto entendimiento.
Pero la clave del debate inmediato se sitúa en la identidad del nuevo candidato nacionalista. Tras admitir desde la oposición que la apuesta temporal de Areso “da tiempo al PNV para su proceso y no interfiere en el debate interno”, como recuerda el PP, la lectura de los nacionalistas es más próxima y escapista: “Bilbao va a seguir funcionando aunque el recuerdo de Azkuna será imborrable”. Con todo, el EBB asume que se dispone a abordar la sustitución más complicada. “A partir de la muerte de Azkuna se ha producido el punto de inflexión y ya nada será igual. Es algo que lo sabe el PNV y lo sabemos todos los demás”, admite Ibaibarriaga. Y en la calle, nadie lo duda.
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